
Meme de Latuff ilustrando el informe de B’Tselem sobre el Apartheid israelí.
La revista española Éxodo me invitó a escribir en su edición de septiembre dedicada al tema «Cambio de paradigma«. Además de ser una muy buena revista, ese espacio es una oportunidad de llegar con el tema de Palestina a un público -mayoritariamente cristiano progresista- que habitualmente no está familiarizado con él.
Mi artículo se titula «¿Apartheid en el siglo XXI?« y esboza algunas interrogantes (y contradicciones) éticas y políticas que nos plantea la existencia del apartheid israelí -como régimen bien asentado y prolongado de dominación, opresión, discriminación, racismo y supremacismo judeo-sionista- en el siglo XXI. Y también invita, una vez más, a escuchar las voces de las comunidades e iglesias cristianas palestinas, esas grandes olvidadas e incomprendidas (y traicionadas) por Occidente.
Pueden leerlo pinchando en el título del artículo, en azul. Reproduzco el último apartado:
Los dilemas de Israel
Hasta ahora Israel parece haber ganado su guerra contra el pueblo palestino. Sin embargo, desde una perspectiva histórica dinámica se enfrenta a un dilema que no tiene solución: domina toda la tierra entre el Mediterráneo y el Jordán, pero se niega a aceptar a la población palestina que la habita. Y por eso hay muchas preguntas difíciles de responder: ¿Cuánto tiempo más puede gobernar un territorio negándole derechos básicos a la mitad de las personas que viven en él? ¿Puede ser un Estado judío en un territorio donde la mitad de la población no lo es? Más aún: ¿puede ser democrático y a la vez judío? ¿Puede haber en el siglo XXI una ‘democracia’ de signo étnico o religioso? En otras palabras, ¿hay lugar para un régimen de apartheid en el siglo XXI? ¿Por cuánto tiempo más contará con la complicidad de los países del norte ‘iluminado’?
Como señal esperanzadora, cada vez más intelectuales y colectivos judíos en todo el mundo están llegando a la convicción de que no hay salida posible sin superar el sionismo, es decir, el proyecto colonial y supremacista que otorga a las personas judías derechos que les niega a las que no lo son. Por eso, parafraseando a Martin Luther King, podemos ‘tener un sueño’: llegará un día en que todas las personas que habitan en esa tierra sean consideradas iguales en dignidad y derechos, sin importar su origen étnico, religioso o nacional; y que quienes están en el exilio y en los campos de refugiados podrán regresar a una Palestina libre, democrática y descolonizada. La ONU impuso sanciones al apartheid sudafricano. Lo mismo debería hacer con el apartheid israelí. No sabemos cuándo llegará su fin. Pero podemos empezar a preguntarnos qué estamos haciendo, o qué podemos empezar a hacer, para contribuir a convertirlo en un hecho del pasado.

El apartheid sudafricano fue derrotado en el siglo pasado. El apartheid israelí existe hasta el presente.
Ver aquí el sitio BDS toolkit (una caja de herramientas y recursos para conocer y apoyar el BDS), creado por la red internacional Global Kairos for Justice surgida en apoyo a las comunidades cristianas palestinas y a su movimiento ecuménico Kairos Palestina. 
Debe estar conectado para enviar un comentario.