Palestina sale al encuentro de América Latina

[Este artículo -en una versión resumida- fue escrito para un público poco conocedor de la cuestión palestina, a pedido de la agencia de noticias “Prensa en Marcha” (en formación), del Centro Internacional de Estudios Sociales, Uruguay]


La Nakba, Porto Alegre y nosotrxs

 
«El coraje, la sabiduría y la movilización del pueblo palestino son hoy símbolos y ejemplos de la resistencia popular contra toda injusticia practicada en todo el mundo«. Primer Encuentro Nacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Brasil, noviembre 2011.

Un joven trepa el Muro para colocar la bandera palestina el Día de la Tierra, en Belén. Recibió un disparo de un soldado israelí.  (30/3/12)

 
 
Escribo este artículo en abril, en medio de dos fechas emblemáticas en el calendario de solidaridad con el pueblo palestino: el Día de la Tierra Palestina (30 de marzo) y el día de al-Nakba (15 de mayo).
 
Las dos fechas tienen en común la conmemoración del despojo y la defensa de su territorio por parte de un pueblo originario al que los poderes coloniales de ayer y de hoy hace más de un siglo que intentan -infructuosamente- borrar de la faz de la tierra.
 
 

Algunas personas me han preguntado por qué a esta altura de mi vida he decidido volcarme totalmente a la causa palestina. Si fuera yo quien hiciera la pregunta, la formularía así: ¿por qué tan tarde?

El drama del pueblo palestino despojado de su tierra y sus derechos elementales por el proyecto sionista de colonización y limpieza étnica sintetiza, para mí, todas las luchas a las que dediqué mi vida durante 30 años: la libertad de los presos políticos y el fin de la impunidad de las violaciones a los derechos humanos; la resistencia a la colonización, la militarización y el imperialismo; el apoyo a los pueblos indígenas o campesinos en su defensa de la tierra, el territorio, el agua y los bienes naturales, contra el modelo capitalista depredador y neocolonialista; las mujeres como cuidadoras de la vida y del tejido social contra todas las formas de violencia patriarcal, económica y militar.

Cuando en plena dictadura uruguaya empezamos a defender los derechos humanos, nos enfrentamos a las diversas formas de violación a la libertad y la integridad personal que son tan comunes en Palestina:

  • la prisión arbitraria, prolongada y masiva; la humillación y acoso a las mujeres, niños y familiares de los prisioneros;
  • la tortura sistemática como mecanismo de extorsión, intimidación, información y aniquilamiento del enemigo vencido;
  • el castigo colectivo infringido a un pueblo entero con el sólo fin de quebrar su resistencia, su dignidad, y someterlo a la resignación y el terror;
  • las ejecuciones sumarias o selectivas para despojar al pueblo de sus líderes más populares y prometedores;
  • los arrestos arbitrarios y permanentes de activistas, irrumpiendo en la madrugada en sus domicilios; los allanamientos con violencia y la destrucción absoluta, o el robo y saqueo de sus pertenencias;
  • la detención administrativa (sin cargo ni juicio) que deja al prisionero aislado, incomunicado y sin destino conocido, por tiempo indeterminado;
  • los tribunales militares (jueces y parte) juzgando a menores y mayores por el simple crimen de oponerse a la opresión, sin ninguna de las garantías del debido proceso;
  • la militarización de la vida cotidiana, el abuso, el atropello, y la perpetua impunidad que alienta la repetición de los crímenes ad infinitum.
Mustafa Tamimi, de Nabi Saleh, en el momento en que es asesinado por un soldado israelí que le disparó a la cabeza desde el vehículo.  10/12/11

Eso era hace más de 30 años, y los delitos habían sido cometidos sobre todo en los Setenta, cuando todavía no existían la mayoría de los principales tratados internacionales de derechos humanos, ni la conciencia moral de la humanidad sobre su importancia; y menos aún la tecnología de las comunicaciones que permitiera el conocimiento de las violaciones.

Por eso resulta tan intolerable que hoy esos mismos crímenes sean cometidos contra el pueblo palestino a la vista y conocimiento de la comunidad internacional, y por un Estado que cuenta con el apoyo de todos los gobiernos de Occidente, que se jacta de ser “la única democracia de Medio Oriente”, y que se da el lujo de desconocer sistemáticamente, desde hace 64 años, todas las resoluciones de Naciones Unidas y todos los tratados de Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos.

Efectivamente, han emitido resoluciones y críticas condenatorias de Israel: la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, la Corte Internacional de Justicia, los Comités de los principales tratados internacionales de DDHH (de derechos civiles y políticos, derechos económicos, sociales y culturales, derechos de niñas y niños, derechos de la mujer, contra la discriminación, contra la tortura), los principales Relatores Especiales (para temas como vivienda, libertad de expresión, ejecuciones extrajudiciales, tortura, derechos humanos del pueblo palestino, violencia hacia las mujeres, etc.), representantes especiales del Secretario General, y organismos como el Comité Internacional de la Cruz Roja .

El ejército israelí interponiéndose entre manifestantes palestinxs desarmados y la colonia israelí ilegal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


La teoría de los dos demonios en Medio Oriente

Como latinoamericana del Cono Sur, encuentro otra similitud entre la tragedia palestina y lo que vivimos en esta región. Durante más de 30 años lxs defensorxs de DDHH nos pasamos refutando la «teoría de los dos demonios”, e intentando explicarle al mundo y a nuestra propia sociedad que los crímenes masivos cometidos por los militares no eran producto de una guerra donde se habían enfrentado dos bandos armados, sino de un sistema de aniquilación de la sociedad civil organizada, planeado y ejecutado desde la institucionalidad del aparato estatal, al que llamamos terrorismo de Estado.

La analogía no podría ser más adecuada para explicar la verdadera naturaleza del “conflicto” palestino-israelí. Los medios de comunicación occidentales lo han presentado siempre como una guerra entre dos bandos igualmente responsables por la violencia y la incapacidad de alcanzar una solución negociada; y eso en el mejor de los casos, cuando no se carga todo el peso sobre la ‘intransigencia’ de los palestinos. Esta falsa simetría suele ir reforzada por la imagen estereotipada de los palestinos como terroristas con la cara cubierta y el torso envuelto en explosivos, o con un arma automática en la mano. No pocos intentan incluso presentarlo como un conflicto civilizatorio entre Oriente y Occidente, o hasta religioso entre Islam y el mundo Judeo-cristiano. (1)

Manifestación semanal de los viernes en una aldea de Cisjordania (2011)

Sin embargo, no hay nada más asimétrico que las dos partes enfrentadas en este largo conflicto, no sólo porque nunca se puede equiparar al oprimido con el opresor (al ocupado con el ocupante, en este caso), ni atribuirles la misma responsabilidad. De un lado tenemos a un país del Primer Mundo, con todos los recursos bélicos imaginables, y del otro a un pueblo en su inmensa mayoría desarmado, perseguido y acorralado, que se aferra con uñas y dientes a la tierra de la cual quieren expulsarlo, y la defiende lanzando piedras a los tanques. No en vano las víctimas palestinas son cuatro veces más que las israelíes.

Mientras Israel tiene como aliado incondicional a la potencia más poderosa del mundo (de la cual recibe anualmente 3 billones de dólares en ayuda militar) y es él mismo la cuarta potencia nuclear mundial, tiene un sitio en la ONU y una economía que es tres veces la de todos los países vecinos juntos (incluido Egipto), y domina la narrativa en la opinión pública mundial presentándose como la víctima, los palestinos no tienen un Estado ni un sitio en la ONU, no tuvieron nunca un ejército (ni mucho menos armas sofisticadas), tienen una economía totalmente subordinada y 50 veces inferior a la de Israel, y hoy ocupan apenas un 12% de lo que era su territorio original, la Palestina histórica (mientras Israel mantiene el control absoluto sobre sus fronteras terrestres, su espacio aéreo y marítimo, y sus ondas de telecomunicaciones). (2)

Limpieza étnica y lucha por el territorio

Un amigo palestino me decía: “A nosotros el mundo no quiere creernos lo que nos hace Israel. Por eso es tan importante la palabra de los israelíes para denunciarlo”. Efectivamente, Occidente recién empezó a prestar atención a lo que los palestinos habían afirmado durante décadas cuando los llamados “nuevos historiadores” israelíes como Ilan Pappé, Tom Segev, Avi Shlaim, Shlomo Sand y Benny Morris (antes de su ‘conversión’ al sionismo) investigaron y describieron la catástrofe (Nakba) que significó la creación del Estado de Israel en 1948, cuando las milicias sionistas (precursoras del futuro ejército israelí) barrieron del mapa a más de 400 ciudades y pueblos palestinos en pocos meses, y convirtieron a sus 800.000 habitantes en refugiadxs a lxs que nunca más se les permitió regresar a su tierra. Así, lo que se conocía como “la guerra árabe-israelí” empezó a ser comprendido como la limpieza étnica de Palestina. (3)

Durante 1500 años los árabes habían convivido con la minoría judía en total armonía, compartiendo la llamada Tierra Santa para las tres religiones monoteístas de raíz abrahámica. El sionismo, que surge a fines del siglo XIX en Europa como una ideología colonialista y nacionalista, racista y excluyente, se propuso la creación de “un hogar nacional para el pueblo judío” en el territorio de la Palestina histórica, basándose en una falsa premisa: “una tierra sin gente para un pueblo sin tierra”, que niega la existencia de la población nativa árabe.

Si seguimos el discurso de los distintos líderes sionistas a lo largo de más de un siglo, se puede ver con claridad que el objetivo fue desde un principio colonizar todo el territorio deshaciéndose -ni siquiera sometiéndola- de toda la población árabe. Ese es el verdadero origen del conflicto.

Así, una vez que la colonización se materializó en la primera mitad del siglo XX -con apoyo y complicidad de los gobiernos europeos, principalmente el británico-, y sobre todo a partir de la creación del Estado de Israel, los sionistas se propusieron el objetivo hasta hoy vigente de judaizar por la fuerza el territorio que va desde el Mediterráneo hasta el río Jordán; y para forzar esa mayoría demográfica no sólo recurrieron a la inmigración judía, sino también a la limpieza étnica.

 

 

 

 

 
Lxs activistas antisionistas (tanto israelíes como palestinxs) también nos han ayudado a ampliar la mirada para ver que la ocupación militar de Cisjordania y Gaza -materializada sobre todo a partir de 1967- es sólo una parte de la cuestión, y que “el gran tema es la continua limpieza étnica de Palestina por el Estado sionista. (…) “durante los últimos 64 años la limpieza étnica es lo que guía las políticas sionistas hacia el pueblo palestino. Todos los gobiernos sionistas y todos los partidos políticos sionistas -de izquierda, de derecha y de centro- apoyan la limpieza étnica.(…) “La limpieza étnica sionista de Palestina no es una cosa del pasado, sino una campaña vigente que es ejecutada por tres brazos del Estado de Israel: el sistema educativo, una dedicada burocracia y las fuerzas de seguridad.” (4)

Fósforo blanco sobre la población civil de Gaza durante «Plomo fundido«. Israel cometió crímenes de guerra que continúan impunes.

¿Cómo se realiza hoy la limpieza étnica de Palestina? Obviamente no estamos en 1948, e Israel no puede cometer un genocidio en masa -aunque periódicamente hace muy buenos ensayos, como la última operación Plomo fundido (2008-2009), en la que durante 22 días bombardeó y asesinó a 1500 personas encerradas en Gaza (la inmensa mayoría, civiles desarmadxs). La limpieza étnica hoy consiste en un conjunto de políticas y prácticas cuyo objetivo último es hacer insoportable y miserable la vida cotidiana de lxs palestinxs, para que ellxs mismxs se vayan y dejen la tierra libre de árabes, para su total y completa judaización.

Basta conocer desde adentro cómo es la vida cotidiana bajo la ocupación para entender que detrás del discurso de Israel sobre la “seguridad” y la necesidad de “defenderse”, el verdadero objetivo es la expansión colonial y la apropiación de todo el territorio de la Palestina histórica, para crear “hechos consumados” irreversibles y hacer inviable un futuro Estado palestino soberano.

Defendiendo el territorio frente a la colonia israelí Har-Homa


La limpieza étnica hoy

Éstas son las principales políticas y prácticas destinadas a hacer intolerable la vida de lxs palestinxs y a alentar o forzar su desaparición:

  • En los veinte años del “proceso de paz” (que Israel usó únicamente para distraer y ganar tiempo), se produjo la apropiación del 40% de las tierras palestinas para entregarlas a las colonias judías (política que fue impulsada activamente por los gobiernos de Israel desde 1967, mediante estímulos y subsidios a su población).
  • Destrucción permanente de cultivos y olivos. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UNOCHA) estimó que sólo en 2011 los colonos israelíes (con impunidad y apoyo del ejército) destruyeron, arrancaron o quemaron 10.000 árboles palestinos. Y Oxfam calculó en medio millón de dólares las pérdidas de los agricultores palestinos en la cosecha de olivos del mismo año, debido a la violencia de los colonos judíos.
  • Debido a la fragmentación del territorio en áreas A, B y C (impuesta por los Acuerdos de Oslo), hoy 62% del territorio de Cisjordania (área C) está bajo exclusivo control militar israelí, y la población palestina que vive en esas zonas es hostigada y desplazada permanentemente (el Valle del Jordán o las Colinas del Sur de Hebrón son los ejemplos más dramáticos).
  • Las demoliciones de casas, escuelas, mezquitas, depósitos de agua y estructuras productivas por “construcción sin permiso” (permisos que Israel nunca otorga a los palestinos), van en aumento año tras año. El Comité Israelí contra las demoliciones de casas calcula que Israel ha destruído de 20.000 a 30.000 casas palestinas desde 1967. Y sólo en 2011, UNOCHA registró 622 demoliciones (80% más que 2010) que dejaron sin hogar a 1100 personas (la mitad, niñxs). El 60% de esas demoliciones, ‘casualmente’ fueron realizadas en zonas asignadas a colonias judías.
  • El ejército de ocupación puede declarar cualquier lugar, en cualquier momento y por cualquier motivo, “zona militar cerrada”. El mecanismo es tan simple como perverso: a la población palestina se le prohíbe por la fuerza acceder a su propiedad, luego esa tierra “abandonada” se declara “propiedad estatal”, y poco después se la entrega a los colonos israelíes.
  • El Muro o barrera de separación no ha sido construido sobre la “Línea verde” (frontera internacionalmente reconocida): 85% de su ruta está dentro del territorio palestino, para dejar ‘del lado ísraelí’ las colonias ilegales, las mejores tierras y las fuentes de agua subterránea palestinas).
  • En Cisjordania, más de 500 checkpoints y otras formas de encierro y bloqueo fragmentan el territorio y lo convierten en verdaderas ‘islas’ o bantustanes desconectados entre sí (datos de UNOCHA).
  • El perverso sistema de permisos (de residencia, trabajo, entrada, etc.) limita la vida y el movimiento de la población, separando a las parejas y familias palestinas que tienen distinto permiso o estatuto de residencia (tanto en Israel como en Cisjordania).
  • Jerusalén Este, que debería ser la capital de Palestina, está anexada a Israel desde 1967, totalmente aislada y desconectada de Cisjordania (accesible sólo para los pocos miles de personas que consiguen permiso) y rodeada de colonias israelíes en permanente expansión territorial.
  • La economía palestina (también por los acuerdos de Oslo) está controlada, estrangulada y subordinada a Israel. Hasta el Banco Mundial y la Unión Europea han criticado las políticas israelíes que hacen inviable el desarrollo palestino.
  • La represión es cotidiana, implacable, y se extiende a toda forma de organización y manifestación pacífica. Los arrestos ocurren en la madrugada, sacando a la gente de su cama, allanando los hogares con violencia, robo y destrucción de la propiedad privada. Los menores de 10-12 años también son encarcelados y procesados por el delito de tirar piedras, sin respetar los estándares internacionales. Alrededor de 5000 presos políticos palestinos (entre ellos, cientos de menores de edad y una decena de mujeres) están hoy en las cárceles israelíes, algunos con sentencias de cadena perpetua, desde hace 25 o 30 años. En lo que va de 2012, ya se produjeron más de 900 detenciones, todas de activistas populares noviolentxs.
  • La Franja de Gaza está sometida desde 2007 a un bloqueo total que ha convertido a la gran mayoría de la población en dependiente de la ayuda internacional. Los pescadores, que apenas pueden adentrarse menos de tres millas náuticas, son periódicamente atacados por la marina israelí, al igual que los campesinos que intentan vivir de la agricultura en la escasa y estrecha franja de tierra que les deja la zona de exclusión -de un km y medio en ese estrecho territorio- impuesta arbitrariamente por Israel.

Día de los presos políticos palestinos en Nablus (17/4/11)

Separar, discriminar y dominar es Apartheid

Lo interesante es que, si bien este sistema de control se aplica de manera implacable en los territorios ocupados, se puede observar similares políticas de discriminación y exclusión hacia la población palestina dentro de Israel. Por ser éste “la patria de lxs judíxs del mundo”, las personas no judías no tienen derecho a la nacionalidad y a todos los derechos asociados a ella; sólo tienen ciudadanía que les permite votar, pero les niega, entre muchos otros derechos fundamentales, el acceso a la tierra, 93% de la cual está en manos judías. Más de 100 aldeas palestinas no están reconocidas por la ley israelí, no figuran en los mapas, no reciben ningún tipo de servicio público, y sus habitantes enfrentan la amenaza permanente de demoliciones o desplazamiento (sobre todo en el desierto del Negev/Naqab).

La aldea Al-Araqib (desierto del Negev/Naqab, Israel) después de una de las tantas demoliciones

Precisamente el Día de la Tierra Palestina recuerda la masacre cometida el 30 de marzo de 1976 en la región de Galilea (norte de Israel), cuando las autoridades israelíes mataron a seis palestinos e hirieron a más de cien al reprimir una protesta contra la constante confiscación de tierras palestinas para ser entregadas a la población judía. La indignación por esos hechos se propagó como fuego entre las localidades palestinas, generando una huelga general que se convirtió en la primera gran protesta masiva que unió al pueblo palestino de los territorios ocupados y de Israel -y que fue un antecedente de la primera Intifada.

En los territorios ocupados, la segregación y opresión es aun más dramática: el medio millón de colonos israelíes asentados en Cisjordania y Jerusalén Este (ilegalmente según el Derecho internacional) (5) vive en ‘burbujas de Primer Mundo’, tiene carreteras y sistemas de transporte de uso exclusivamente judío, y consume más agua que 3 millones de palestinxs. Mientras el consumo promedio de éstxs es 50 litros diarios por persona (la OMS recomienda 100 litros diarios), el consumo promedio en las colonias es de 400 litros diarios por persona (más que en Israel, donde es de 300) (6). Mientras el gobierno israelí anuncia la construcción de más y más viviendas en las colonias ilegales, lxs permisos de construcción son sistemáticamente negados a lxs palestinxs, que enfrentan la amenaza permanente de que sus casas sean demolidas, o de ser expulsados de las que ocupan para entregárselas a colonos judíos (como ocurre en Jerusalén Este).

Colonos judíos llegan a instalarse en la casa de una familia palestina con ocho hijxs, desalojada en Beit Hanina, Jerusalén Este, el 8/4/12

Es por eso que cada vez más se habla de un régimen de apartheid (tal como está definido en la Convención internacional para la erradicación y sanción del crimen de Apartheid de la ONU y en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional). Recientemente el comité CERD de la ONU (encargado de monitorear el cumplimiento de la Convención internacional para la eliminación de la discriminación racial) emitió una durísima condena al régimen aplicado por Israel sobre el pueblo palestino, calificándolo de apartheid. Y la realidad es que, aunque sea inadmisible en pleno siglo XXI, en el conjunto de la Palestina histórica existe hoy dos pueblos sujetos -por el mismo gobierno- a dos sistemas de leyes y a políticas completamente diferentes. (7)

Resistencia y solidaridad latinoamericana

En los años Sesenta y Setenta, los partidos de izquierda y sobre todo los movimientos revolucionarios de América Latina desarrollaron vínculos de solidaridad con las organizaciones de la resistancia palestina. Las derrotas y desarticulación de unos y otras llevaron a un debilitamiento de esos lazos; sobre todo a partir de los Noventa, cuando el tramposo proceso de Oslo coincidió con la hegemonía neoliberal en nuestro continente.

En la última década, coincidiendo con la crisis de legitimidad y liderazgo de los actores políticos históricos (sobre todo a partir de la ruptura entre Hamas y Fatah), ha surgido en Palestina una generación de activistas sociales que impulsan -desde 2005- el movimiento BDS (boicot, desinversión y sanciones) como la estrategia más efectiva  para obligar a Israel a poner fin al sistema de ocupación, colonización y apartheid y a respetar las resoluciones de la comunidad internacional.

El movimiento BDS, que reúne a casi 200 organizaciones de la sociedad civil palestina, incluyendo sindicatos, mujeres, campesinos, ONGs, organizaciones de base, políticas y religiosas (tanto cristianas como musulmanas) fundamenta su discurso estrictamente en el Derecho Internacional Humanitario y de los DDHH, sosteniendo que la comunidad internacional tiene la responsabilidad de tomar medidas eficaces para que Israel deje de ser un Estado que está por encima de la ley. Saben que para ello no cuentan con los gobiernos del mundo, pero confían en que los pueblos organizados sean los que presionen y exijan a sus países tomar medidas en esa dirección. El movimiento -que tiene adherentes dentro del mismo Israel (8)– ha logrado en pocos años éxitos significativos, sobre todo en el boicot económico y cultural.

Estos nuevos actores palestinos han decidido apostar fuerte a América Latina como aliada estratégica, y se han propuesto como prioridad desarrollar vínculos con los movimientos sociales de la región. En particular la organización palestina Stop the Wall ha construido en los últimos años relaciones significativas con la Via Campesina y sindicatos de Brasil.

El primer fruto de esa apuesta es haber logrado colocar la cuestión palestina en la agenda del Foro Social Mundial. Así, a fines de noviembre tendrá lugar en Porto Alegre el FSM “Palestina libre, donde por primera vez se reunirán cara a cara cientos de activistas populares de Palestina con representantes de los principales movimientos sociales de nuestro continente y del mundo.

El principal objetivo de esta iniciativa es dar un salto cualitativo en la solidaridad latinoamericana -y mundial- hacia Palestina, sobre todo para impulsar el movimiento global de BDS (que en nuestra región probablemente debería empezar por revisar el tratado de libre comercio MERCOSUR-Israel). El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) ya viene desarrollando encuentros de solidaridad con los agricultores palestinos, y se ha comprometido -junto con la Central Única de Trabajadoresde Brasil(CUT)- a liderar el proceso hacia Porto Alegre.

Como antecedente, a fines de noviembre del año pasado tuvo lugar en la Escuela Florestán Fernandes del MST (Guararema, Sao Paulo) el Primer Encuentro Nacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, en el que participaron la Via Campesina, la Marcha Mundial de las Mujeres, la Comisión Pastoral de la Tierra, el Movimiento de Afectados por las Represas, entre otros movimientos, organizaciones y partidos políticos.

Folleto del Primer Encuentro Nacional de Solidaridad con Palestina (Brasil, nov. 2011)

Según expresaron en la Declaración final, «los trabajadores y trabajadoras de los diversos movimientos y organizaciones (…) una vez más, reafirmamos nuestro pleno apoyo y solidaridad con la lucha justa y legítima del pueblo palestino.

«Durante los tres días de debate y construcción colectiva, los movimientos sociales brasileños encontraron denominadores comunes que guiarán nuestra lucha por la solidaridad. Nuestro reto es transformar estos puntos en los ejes de un gran movimiento social y político de masas de carácter internacional para garantizar el trabajo decente, la vida y la libertad para el pueblo palestino.»

Jamal Juma (al centro), coordinador de Stop the Wall, en la Escuela del MST (Sao Paulo, noviembre 2011).

Para que ese encuentro entre Palestina y América Latina sea posible y exitoso, el primer desafío que tenemos por delante es hacer ver cuánto tenemos en común, y conectar la causa de Palestina con nuestras muchas y diversas luchas: la de nuestros pueblos indígenas, movimientos campesinos y ecologistas por la justicia climática, la defensa de la madre tierra, el territorio y sus bienes naturales; la lucha por el agua como derecho humano y bien común; las redes anti-militaristas que denuncian y combaten las pretensiones geopolíticas hegemónicas del imperio; los derechos humanos y de los pueblos como horizonte ético común; las comunidades de base, los movimientos ecuménicos e interreligiosos; los sindicatos independientes, los grupos cooperativos, los productores familiares y las redes de economía solidaria; las organizaciones de mujeres, feministas y por la diversidad sexual; los movimientos estudiantiles y juveniles; las articulaciones de lucha contra el racismo, la discriminación y los fundamentalismos de cualquier tipo.

Uruguay, además, tiene una responsabilidad particular, porque en 1948 su voto en la ONU fue decisivo para la creación del Estado de Israel, que despojó al pueblo palestino y lo convirtió en refugiado en su propio territorio y alrededor del mundo.

La violencia impune, el abuso cotidiano, la represión sin límite y el castigo colectivo de los que soy testigo en Palestina me recuerdan con demasiada frecuencia los tiempos siniestros de nuestras dictaduras sudamericanas. Tal vez por eso siento -al decir de Nelson Mandela- que mi libertad no estará completa sin la libertad de lxs palestinxs.

Esperemos que todos y todas nos demos cita a fines de noviembre en Porto Alegre, para acordar estrategias comunes de lucha que nos permitan avanzar hacia la descolonización y la liberación de Palestina, y también de nuestros territorios físicos y mentales.

La manifestación pacífica de los viernes en Nabi Saleh, Cisjordania, antes de que empiece la represión.

NOTAS

(1) Esto es particularmente enfatizado por las poderosas corrientes del cristianismo sionista, surgido en EEUU (donde sus recursos y su poder de incidencia política y mediática son muy similares a los AIPAC, el poderosísimo lobby sionista) pero presente en todo Occidente. No hay espacio en este artículo para profundizar en el fenómeno.
(2) Jeff Halper, Director del Comité Israelí contra las demoliciones de casas (ICAHD).
(3) La limpieza étnica puede definirse como la expulsión forzosa y violenta de un grupo étnico, nacional o religioso de un territorio dado, con motivaciones políticas o ideológicas, para repoblar el territorio con colonos pertenecientes al pueblo agresor. Es considerada un crimen de lesa humanidad según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. El genocidio es una forma particular y extrema de limpieza étnica.
(4) Miko Peled, “La limpieza étnica de un pueblo inventado”.
(5) El IV Convenio de Ginebra prohíbe al poder ocupante trasladar parte de su población al territorio ocupado, así como explotar, apropiarse o destruir los recursos y propiedad de la población ocupada.
(6) Informe de Amnistía Internacional: «Troubled waters: Palestinians denied fair access to water«.
(7) Para conocer más sobre las leyes y políticas concretas de apartheid dentro de Israel y en los territorios ocupados, recomiendo leer mi artículo en este blog: “Haciendo visible el apartheid israelí”.
(8) Por ejemplo, la Coalición de Mujeres por la Paz (creadora del sitio ¿Quién lucra?) y Boicot desde Adentro.

Acerca de María Landi

María Landi es una activista de derechos humanos latinoamericana, comprometida con la causa palestina. Desde 2011 ha sido voluntaria en distintos programas de observación y acompañamiento internacional en Cisjordania. Es columnista del portal Desinformémonos, corresponsal del semanario Brecha y escribe en varios medios independientes y alternativos.
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13 respuestas a Palestina sale al encuentro de América Latina

  1. Abdo Tounsi dijo:

    Gracias amiga María por tan acertado artículo en el tiempo y la exposición… Salam

  2. Diego. dijo:

    Excelente artículo, me gustaría saber cómo colaborar con ustedes; saludos, Diego de Montevideo Uruguay.

    • María Landi dijo:

      Gracias, Diego. Me alegra que te haya servido.
      En Uruguay existe la Comisión de Apoyo al Pueblo Palestino, que con poquita gente y muchas limitaciones organiza actividades. Hicimos una por el Día de la Tierra, y ahora estamos preparando una serie de actividades para el día de la Nakba. Hay mucho para hacer y somos muy pocxs, todxs muy ocupadxs… Si querés ponete en contacto con nosotrxs, y también te haré llegar la invitación para la próxima reunión. Te paso mi correo, y si querés escribime para darme tus datos y un teléfono: marmar@redh.org

  3. Cynara dijo:

    María, he retomado mi blog de varios años, copiando tu artículo. He recibido contacto en fb de la aso uruguay palestina. Yo vivo en Paraguay, pero acá no pasa nada, toda mi actividad se reduce al fb, y a veces logro organizar algún acto , sobre todo en el aniversario de Mahmoud Darwish. No se que más dedirte, sguimos en la lucha, hasta que veamos a Palestina Libre !!

    • María Landi dijo:

      Gracias!
      Si estás en Paraguay, no estás tan lejos de Porto Alegre como de Palestina…!
      Empezá a juntar dinero y a organizarte para poder ir en noviembre al FSM «Palestina libre»!!!
      Salud,
      M.

  4. Gabriel Manzaneda Márquez dijo:

    Ante todo hay que alabar la actitud solidaría de María y la de todos los que se dedican a denunciar las situaciones injustas con el fin de acabar con las mismas.

    Para realizar esta labor con eficacia y justicia, es necesario tener la información más ajustada a la realidad posible y todos los extremos más importantes respecto al proceso histórico. Por ello me veo obligado a señalar los siguientes aspectos:

    – Lo del 12% de la «Palestina Histórica» en la que se afirma que está recluido el pueblo palestino. Esto es errado. Recomiendo encarecidamente este artículo mío:

    http://gabrielmanzaneda.blogspot.com.es/?view=magazine#!/2012/04/la-palestina-otomana-o-historica.html

    empezando por el mapa y continuando por la población en 1914 (obsérvese las fuentes pro-palestinas en las que me baso). La partición de 1947 otorgaba al Estado judío el 17% de la Palestina Histórica, algo menos de 1/3 de la Cisjordania Histórica. No es un juego de palabras o conceptos histórico-políticos, sino que se corresponde con la realidad humana de la región. Se podrá decir que una situación de opresión no puede relacionarse con tal o cual mapa del pasado, pero es que la situación para acabar con tal situación actual de ocupación hubiese sido aceptar la propuesta de Taba, que vemos aquí (mapa pequeño de la izquierda):

    http://www.passia.org/palestine_facts/MAPS/taba2001.html

    y se rechaza (desencadenándose la 2ª Intifada) por la errónea visión de que al Estado árabe-palestino le correspondería menos del 22% de la Palestina Histórica. En realidad, EL NEGUEV NO ERA PARTE DE PALESTINA, ni jamás vivió allí ningún palestino.

    – Es acertado el dato de que las víctimas mortales del conflicto guardan una proporción de 1 a 4 (aproximadamente 15 mil judeo-israelíes frente a 60 árabes, éstos últimos no todos palestinos, pues incluye miles de soldados de los países árabes en las 4 guerras convencionales). ¿Es esa la proporción propia de una guerra de exterminio o desequilibrada? En cuanto a las Intifadas, recomiendo también mi artículo:

    http://www.aurora-israel.co.il//blogs/israel/Conflicto/1284.html

    donde se demuestra que desde 1.987 hasta 2004 la proporción de muertes violentas es de 1 a 3, así como aspectos cualitativos del enfrentamiento. ¿Es la guerra entre el 4ª Ejército del mundo, con vocación genocida, y desarmados con piedras?

    – La clara intención israelí tras 1967 fue retirarse (rechazada por el bando árabe en Jartum) y una vez que ello no fue posible con el mutuo reconocimiento está claro que no se intentó «limpiar étnicamente» Cisjordania y Gaza haciendo imposible la vida de sus habitantes, sino que se elevaron los sueldos y condiciones de vida, se crearon las 10 Universidades Palestinas (http://www.palestina.int.ar/UniversidadesPalestinas.html) y, sobre todo, se les puso en contacto con la «otra Palestina», es decir, con Israel (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=142997&titular=un-destello-en-la-vida-de-una-pareja-palestina-israelí-) reflejado en la convivencia laboral y los casamientos. No se creó el muro hasta la 2ª Intifada. Parece evidente que el objetivo era crear un Estado Binacional con ligera mayoría judía.

    Gracias y saludos.

    • María Landi dijo:

      Gabriel:

      Con todo el respeto del mundo, lo único que puedo decirte es que tenés errores muy gruesos de información. Te sugiero que empieces a verificar y corregir o diversificar tus fuentes. Anoto los más gruesos, sin entrar en temas que serían eternamente discutibles (como tu afirmación sobre la verdadera intención de Israel de retirarse de los territorios en 1967. ¿Por qué no leés o escuchás (en mi blog) el video-entrevista a Miko Peled, hijo del General Matti Peled, que fue uno de los héroes del 67, y que luego de ganar trató de convencer a su gobierno de que se retirara de los territorios ocupados y no lo logró??):
      – El plan de partición de la ONU de 1947 otorgaba a los judíos, que eran 1/3 de la población (después de una acelerada y masiva inmigración), 55 o 57% de la Palestina histórica. Es obvio que los árabes no iban a aceptar. ¿Qué pueblo aceptaría reducir su territorio a menos del 50% de un día para otro?? Eso está en todos lados, así que tu cifra es simplemente equivocada.
      – ¿Y cómo es eso de que rechazan el plan de partición de 1947 y se desencadena la 2ª intifada, que fue en 2001?? Me parece que ahí te hiciste lío al escribir, porque no dudo que sabes cuándo fue la 2ª intifada.
      – El mapa del West Bank que presentás, de PASSIA, me parece que sencillamente no sabés interpretarlo.
      – Y al respecto, sí es cierto que actualmente los palestinos «disponen» (por decirlo de alguna manera) del 12% de su territorio, porque es lo que queda después de restar el territorio ocupado por las colonias y outposts, el «área municipal» que rodea a las colonias (más tierra robada a los palestinos), las carreteras de uso exclusivo, las áreas militares cerradas, las «reservas militares» y todo lo que constituye las áreas B y C. Al respecto, te recomiendo encarecidamente ir a la web de UNOCHA (www.ochaopt.org) y buscar en la sección «Maps» la enorme cantidad de mapas que muestran con lujo de detalles en qué consiste la ocupación y el verdadero territorio disponible (sin contar con que las fuerzas israelíes entran también, cada vez que quieren, en las ciudades (Área A) en las que supuestamente no podrían entrar y donde supuestamente «gobierna» la ANP, y hacen lo que quieren: no sólo arrestar activistas, sino desmantelar canales de TV palestina, como acaba de ocurrir nada menos que en Ramalah).
      – ¿Así que los habitantes beduinos del Negev/Nakav no son árabe-palestinos???
      – Sobre la convivencia armónica y todo el rollo de la universidades y demás… Dios mío… ¿de verdad lo creés, o estás tratando de que yo lo crea? Te invito a leer en mi blog el artículo de enero donde hablo de cómo las leyes de apartheid racista impiden a las parejas palestinas ‘mixtas’ vivir con sus cónyuges en Israel. Y ¿vos tenés idea de lo que es para los integrantes de una pareja o familia palestina tener distintos documentos de identidad o ‘permisos de residencia’, como entre Jerusalén y Cisjordania, o entre Cisjordania y Gaza, o entre Cisjordania e Israel????? Todo eso también es parte del plan de limpieza étnica. Dejá de lado los cuentos de hadas, Gabriel, e informate sobre la REALIDAD.

      Y simplemente termino con una pregunta: ¿cómo se puede explicar que Israel estuviera realmente decidido a retirarse de los territorios cuando desde 1967 no ha cesado de construir colonias judías en ese territorio que supuestamente estaba dispuesto a dejar a los palestinos, y que ese proceso de construcción y asentamiento en el territorio ajeno se haya acelerado justamente en los 20 años del mentiroso «proceso de paz», en el cual el número de colonos se duplicó?? ¿Tú has visitado las colonias en Cisjordania? ¿Tú crees en serio que quien invierte en esa infraestructura urbana y habitacional monstruosa está haciendolo en forma temporal, y tiene la intención de retirarse y dejárselo al ‘enemigo’? (¿Has estado -por mencionar apenas un ejemplo entre muchos- en Male Adumin?? ¿Y cómo explicás la apropiación salvaje del agua? ¿Y la violencia permanente de los colonos, protegidos por el ejército y siempre impunes? ¿Y has estado en Jerusalén Este? ¿Cómo explicás lo que Israel está haciendo allí?

      Una de dos: o no tenés idea de lo que pasa en Palestina (y estoy convencidad de ello) o no tenés intención de ver de frente la realidad. Y ya sabemos que no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el no quiere oir.

      Me despido aquí, porque no voy a volver a contestar tus mensajes, porque considero absolutamente inútil discutir con quienes no quieren ver una realidad que rompe los ojos.

  5. Susana dijo:

    Me tomé el atrevimiento de compartir tu artículo en facebook, poniendo una liga hacia él. Gracias por explicar las cosas tan detalladamente, porque muchos no lo entienden, a muchos más no les interesa.
    Siempre lo digo, esto no se trata de religión (aunque en el fondo está metida hasta los huesos), es una injusticia. Si tu padre comete una injusticia, el hecho de que sea tu padre no quita que la injusticia siga ahí, no la borra, no la anula, solo quizá tú estés del lado equivocado. No es un equipo de fútbol, no tenemos que apoyar a «nuestro equipo» en las buenas y en las malas (actitud de muchos judíos). Se trata de humanidad, de respeto, de sentido común. Mi apoyo y solidaridad. Cuanto dolor, cuantas muertes, cuanta injusticia… qué terrible…

    • María Landi dijo:

      Muchas gracias por tu sensibilidad y libertad de espíritu, Susana. Efectivamente, cada vez más judíxs en el mundo están diferenciando entre judaísmo y sionismo, y diciendo incluso que el sionismo fue lo peor que le pudo pasar al pueblo judío. Yo tengo excelentes amigxs y compañerxs israeíes y judíxs que están en la misma trinchera: la lucha contra el sionismo como una ideología y proyecto racistas, colonialistas y excluyentes. Te invito a conocer la Red Judía Internacional Antisionista (IJAN) y a activistas y pensadores/analistas judíxs como Miko y Nurit Peled, Jeff Halper, Amira Hass, Gideon Levy, Ilan Pappé, y el mismo Noam Chomsky, entre muchxs otrxs (en mi blog hay una buena lista de enlaces a organizaciones israelíes muy interesantes y valientes).

  6. RAMI dijo:

    hola maria,te hablo desde españa ,me llamo rami y soy palestino por parte de mi familia paterna.Me alegra profundamente que halla personas como tu que vean la causa palestina de esa manera con la que la ves tu,con informacion contrastada,debido al error que se comete siempre es vincular al pueblo palestino con terroristas, y a los judios israelies con las victimas, y eso es un error .Para hablar de este tema hay que verlo desde el punto de vista del ciudadano, como en el caso de mi familia que lo perdimos todo y aun encima porque un dia mi padre ,con lagrimas en los ojos ,nos quiso enseñar la casa donde nacio en al malha un pueblo pegado a jerusalem los ……………..uta que vivian alli ,colonos ,nos recibieron a pedradas y con pistolas amenazando de que nos mataban y nos daban de comer a los perros…Esa es la poblacion que hace unos años atras sufrio un genocidio y es mas no escarmentaron sobre lo que no se debe hacer nunca a nadie ,si no, que han aprendido y muchas tacticas que usan se las hacian a ellos ,fueron buenos alumnos.
    Hay que destacar que sobre los limites que tienen sobre fronteras no existen ya que campan a sus anchas por cualquier lado que les apetezca y es mas tienen la potestad de llevarse a cualquier persona a la carcel sin ninguna escusa solamente alegando que eres un simpatizante de algun grupo.
    Para todos aquellos que piensen que la religion es la causa fundamental me gustaria decirles que si pero ,por parte de quien,de musulmanes ,o judios,no hay que olvidar que tambien existen los cristianos y un misil no sabe de religion.
    Bueno para concluir,aqui en españa teneis un amigo y si necesitais algo no hay mas que pedirlo.
    VIVA PALESTINA LIBRE DE LA OCUPACION ISRAELI.

    • María Landi dijo:

      Gracias, Rami. Por supuesto se muy bien de qué hablas, porque la historia de tu familia es la de la inmensa mayoría del pueblo palestino víctima del sionismo.

      Ahora estamos aquí en Porto Alegre intentando fortalecer y articular la solidaridad para lograr el fin de ocupación. Inshallah!

      Dime en qué parte de Espana vives; yo voy a menudo por allí, y si estamos cerca, podríamos encontrarnos y conversar, y tal vez podría escribir un post sobre la historia de tu familia…

      Salaam,

      Maria

  7. gonzalo dijo:

    Maria, te leo con mucho interes para entender esta barbarie continuada.Te escribo para pedirte permiso para usar tu foto de la MADRE DEFENDIENDO A LAS HIJAS de tu blog para una petición de firmas.
    Saludos de Gonzalo

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