Israel está aprovechando la desaparición de tres colonos para golpear a Hamas y destruir el acuerdo de unidad palestina
María Landi
Ni los 250 presos políticos palestinos que agonizan en cárceles y hospitales israelíes en una prolongada huelga de hambre que comenzó el 24 de abril; ni el total de 5300 prisioneros (una cifra que aumenta cada día), 269 de ellos en “detención administrativa” (sin cargo ni juicio por tiempo indefinido); ni el inhumano bloqueo a casi dos millones de personas bombardeadas esporádicamente y encerradas desde hace ocho años en los 350 km2 de la franja de Gaza (la cárcel a cielo abierto más grande del mundo); ni las continuas demoliciones de casas dejando sin techo a familias enteras, o la constante, silenciosa expulsión de comunidades beduinas para destinar sus tierras a colonias judías o entrenamiento militar; ni el vandalismo semanal a la mezquita de Al Aqsa (el tercer lugar más sagrado del mundo para el Islam); ni la violencia creciente e impune de los colonos destruyendo árboles, cultivos y propiedades palestinas; ni los reiterados informes condenatorios de las principales organizaciones de derechos humanos locales e internacionales; nada ha logrado atraer la atención de los medios y la opinión pública de Occidente sobre la suerte de un pueblo entero (más de la mitad convertido en refugiado) cuyo presente y futuro están secuestrados desde hace más de medio siglo.
Pero bastó la noticia de que el jueves pasado tres jóvenes colonos judíos desaparecieron en Cisjordania para desatar una avalancha de noticias, editoriales, cadenas de oración y campañas de indignación exigiendo su restitución. Sin ningún contexto ni referencia al hecho de que los colonos estaban donde no debían estar: en un territorio ajeno y robado que su gobierno ocupa con la complicidad de la comunidad internacional.
Judíos ortodoxos rezan por sus tres compañeros en la colonia ilegal de Gush Etzion, Cisjordania ocupada.
Tampoco ninguna mención a que rutinariamente las fuerzas israelíes invaden hogares palestinos en la madrugada para sacar a los niños de su cama y llevarlos con rumbo desconocido, a que más de 700 niños palestinos son arrestados al año y que casi 200 de ellos están en cárceles de adultos donde son sometidos a torturas, amenazas y presiones para que se conviertan en colaboradores (como han denunciado reiteradamente organizaciones de defensa de la niñez).
Ahora, desde el gobierno de EE.UU. hasta Cruz Roja Internacional expresaron su preocupación por los tres colonos desaparecidos, pero no abrieron la boca por los más de 80 huelguistas de hambre que han sido hospitalizados en estado grave.
Como en otras ocasiones, los israelíes aprovecharon para jugar su papel favorito de víctimas narcisistas, incapaces de sensibilizarse ante cualquier sufrimiento que no sea el suyo, al tiempo que daban rienda suelta a su odio visceral y racista: una página de Facebook que incita a “matar un palestino por hora” alcanzó más de 15.000 “Me gusta” en pocas horas. La campaña en Twitter “#Bringbackourboys” (imitación de la nigeriana “Bring back our girls”) se volvió viral, aunque no tardó en ser ‘secuestrada’ por los activistas de solidaridad con Palestina, que usaron el lema para recordar a los cientos de jóvenes palestinos secuestrados, encarcelados e incluso asesinados recientemente por Israel.
La excusa perfecta
Los tres colonos desaparecidos (Gilad Shaer y Naftalí Frankel, de 16 años, y Eyal Yifrach, de 19) son estudiantes de una de las tantas yeshiva (escuelas religiosas) de las colonias judías ubicadas en el territorio palestino ocupado. Los jóvenes estaban haciendo autoestop en una carretera transitada habitualmente por colonos y soldados, ubicada en el área C, es decir, en una de las zonas bajo total control del ejército israelí, donde el movimiento palestino es restringido y su policía no puede ni pisar. Aun así, Netanyahu culpó a la Autoridad Palestina (ANP), y de paso le pidió colaboración para encontrar a los adolescentes secuestrados; y como de costumbre Mahmoud Abbas se abocó a cumplir las órdenes, mientras su pueblo indignado soporta el acoso de las fuerzas de seguridad.[1]
Ninguna organización palestina ha reivindicado el secuestro de los jóvenes hasta ahora. Eso no fue obstáculo para que Netanyahu acusara a Hamas –sin ninguna evidencia– y desatara una escalada represiva sobre las principales ciudades de Cisjordania, particularmente en la zona de Hebrón (donde desaparecieron los colonos), poniéndola bajo toque de queda. Unas 300 personas fueron secuestradas en menos de cuatro días (y 10 días después la cifra sobrepasa las 400); entre ellas académicos, funcionarios de ONGs y legisladores, incluyendo al presidente y vocero del Consejo Legislativo Palestino, Aziz Dweik.
Ver aquí un video de 4 minutos sobre la acción del «ejército más moral del mundo» en un hogar palestino:
Ahmad Sabarin (20) fue asesinado en el campo de refugiados de Jalazun, Mohammad Dodin (13) en Dura, y Mustafa Aslan (21) en el campo de refugiados de Qalandiya (donde también le dispararon a Yazan Odeh, que está luchando por su vida); Jawad Muhammad Dawud (60) murió de un ataque cardíaco después que los soldados invadieron su casa en Hares (Salfit) y lo golpearon; Ahmad Said Khalid (27) del campo de refugiados de Al Ein fue asesinado en Nablus; Mahmud Atallah (30) de Betunia, en Ramala; Sakher Burhan Abu Muhsen, de Tubas, en el Valle del Jordán; Yusuf Abu Zaghah (16) fue asesinado en el campo de refugiados de Jenin; y cada día estamos agregando nombres a esta lista. Los ataques aéreos en Gaza ya se cobraron la vida de Alí al-Awour (10) y de Mohammed Ziyad Abeed (29), y dejaron varios heridos graves e importante destrucción.
Centenares de hogares están sido invadidos, allanados y ocupados con extrema violencia por las tropas israelíes, que destrozan y saquean antes de llevarse secuestrados a los hombres más jóvenes; un niño y un joven resultaron gravemente heridos en estas incursiones. En Hebrón, azoteas y pisos enteros de las viviendas han sido tomados por las tropas como base de operaciones. Y las demoliciones ‘ejemplarizantes’ (esa práctica abominable y despiadada que los sionistas heredaron del gobierno colonial inglés) continúan en el área C.
La coordinadora de organizaciones de derechos humanos palestinas denunció que Israel está llevando a cabo una de sus acostumbradas operaciones de castigo colectivo sobre una población civil indefensa, recordando que eso constituye un crimen de guerra según el derecho internacional humanitario, en particular el IV Convenio de Ginebra.
Es evidente que una operación militar de esta envergadura no tiene nada que ver con la búsqueda de tres jóvenes, sino con la voluntad de destruir lo que más teme Israel: la unidad de las fuerzas palestinas para enfrentar a la ocupación. Todos los analistas coinciden en que los colonos desaparecidos se han convertido en el pretexto que esperaba Israel para lanzar una ofensiva destinada a desarticular la estructura de Hamas en Cisjordania y hacer fracasar la reconciliación entre los dos principales partidos palestinos y su flamante gobierno de transición. De hecho el ‘secuestro’ es tan oportuno y conveniente para los intereses de Israel, que hay quienes especulan incluso sobre una posible operación encubierta de sus fuerzas de seguridad.
«Nos estamos dirigiendo hacia una extensa operación.Tenemos como objetivo encontrar a los tres adolescentes y golpear duramente a Hamas y seguir adelante», dijo Benny Gantz, el comandante en jefe del ejército. Además políticos y militares están discutiendo la posibilidad de expulsar a los líderes de Hamas (incluyendo los detenidos administrativos en huelga de hambre) de Cisjordania a la Franja de Gaza.
Uno se pregunta qué pasaría si Palestina –que se supone es un Estado– atacara a los israelíes cada vez que no le gusta el gobierno que éstos se dan. A la vez, la invasión que tiene lugar estos días podría ser también un ensayo con miras a reocupar completamente el área A de Cisjordania, mientras el ejército evalúa la capacidad de respuesta palestina. Y aun si la intención no es recuperar el control de las ciudades palestinas en forma permanente, Israel está enviando un mensaje a sus habitantes: no importa lo que diga el derecho internacional ni los acuerdos firmados en el pasado: el poder ocupante es el que manda, y continuará ejerciendo su dominio sobre la totalidad del territorio palestino, con la impunidad absoluta que le otorga la comunidad internacional.
Ver a continuación una galería de imágenes tomadas principalmente durante la invasión y ocupación de Hebrón (fotos sin crédito tomadas de páginas de Facebook).
La indiferencia mata más que el hambre
Aunque se sigue sin saber quién está detrás de este aparente secuestro, no es casual que coincida con la situación desesperada de los presos en huelga de hambre, que están a punto de llegar al límite crítico de 60 días.
Organizaciones como Médicos por los DDHH-Israel y Addameer han denunciado las condiciones inhumanas en que se encuentran estos prisioneros: están permanentemente esposados de pies y manos a su cama de hospital; se les ha negado visitas e incluso cartas de sus familias, así como de sus abogados/as y de personal médico independiente; son sometidos a aislamiento y traslados frecuentes de una prisión a otra, y a permanente hostigamiento y provocaciones por parte del personal carcelario.
El gobierno no solo se negó a acceder a los elementales reclamos de los presos (los mismos que prometió atender hace dos años después de una huelga de hambre masiva de un mes: fin de la ‘prisión administrativa’, visitas familiares y mejora de las condiciones carcelarias): además está por aprobar una ley para habilitar su alimentación forzada, en violación de los principios éticos consagrados en la Declaración de Malta de la Asociación Médica Mundial (1991) y de la posición contraria de la Asociación Médica Israelí.
Ante este panorama desolador, los palestinos saben por experiencia que la única forma de arrancarle algo a Israel es por la fuerza. Precisamente la última liberación importante de mil prisioneros en 2011 fue resultado del canje por el soldado capturado Gilad Shalit, un proceso conducido de manera eficiente y profesional por la dirigencia de Hamas en Gaza.
Como señalaba el periodista Gideon Levy, Israel se ha encargado durante décadas de transmitir un mensaje que va más allá de la situación de los prisioneros: «El único camino que les queda a los palestinos para recordarles a los israelíes de su existencia y su sufrimiento es el de la lucha violenta. Todos los demás caminos están bloqueados. Si la Franja de Gaza no dispara cohetes Qassam contra Israel, la Franja de Gaza no existe. Y si en Cisjordania los estudiantes de yeshivas no son secuestrados, Cisjordania desaparece de la conciencia de Israel.»Del mismo modo, el fracaso de la última ronda de negociaciones por la intransigencia sionista fue la confirmación de que no es posible alcanzar la liberación a través de negociaciones con Israel.
700 niños palestinos son arrestados anualmente por Israel.
Es que más allá de la propaganda victimista y for export del gobierno, la sociedad israelí no está pagando ningún precio por el prolongado sufrimiento palestino. Tan es así que se da el lujo de ignorar la violencia cotidiana que su gobierno y su ejército les infligen a sus vecinos.
Quizás es esta «intolerable autocomplacencia» israelí la que intentan perforar las acciones palestinas desesperadas; según Levy: «Cualquiera que pensara que los palestinos se sentarían tranquilamente a esperar que Israel se dignara cambiar su melodía, se engañaba. Cualquiera que pensara que los colonos podrían seguir viviendo seguros en los territorios sufrió una gran decepción: el secuestro del jueves fue simplemente una llamada de atención, una muestra de lo que podría deparar el futuro.»
Más de 1400 niños palestinos asesinados por Israel desde 2000.
Otro ciudadano israelí, el uruguayo Gerardo Leibner se preguntaba estos días: «Una vez más ¿se acusará a los despojados, a los desplazados, a los invadidos, de ser violentos y fanáticos? ¿No es hora de ejercer una presión mundial real y efectiva, desde “arriba” quien esté en algún arriba, o desde abajo, para forzar el fin de la colonización y el despojo? ¿No es hora de exigir enérgica y seriamente el cumplimiento de las normas internacionales de derechos humanos? O ¿acaso la barbarie desatada en la guerra civil de Siria será tomada como pretexto para no frenar lo que se perfila ya como una nueva ola de barbaridades en Israel/Palestina?».
Mientras las redadas en Cisjordania y los ataques aéreos en Gaza continúan y las cifras de víctimas aumentan, el futuro de Palestina es más incierto que nunca. Lo que está claro es que esto no se trata de tres colonos desaparecidos. Como escribe la activista canadiense Rachelle Friesen (recién expulsada de Palestina por Israel): «Más bien se trata de la continuación de la realidad sobre el terreno, una realidad de colonización racista impuesta a través de un ejército brutal que experimenta total impunidad ante la comunidad internacional. Esta última semana ha puesto en evidencia tanto el poder como la brutalidad de Israel, y también el silencio absoluto de la comunidad internacional. Pero a pesar del apoyo de nuestros gobiernos a Israel (explícito o callado), nos corresponde a los pueblos expresar nuestra condena, hacer a Israel responsable y decir la verdad sobre lo que está sucediendo».
Palestina en el corazón 
El tema de Palestina es la verguenza más grande para el mundo occidental. Es increible que a estas alturas de la humanidad se siga permitiendo esta cruel injusticia contra el pueblo Palestino por parte de Israel. Hacemos un llamado a Naciones Unidas para que sea más coherente y firme en la defensa de los derechos del pueblo palestino.
Las Naciones Unidas son responsables de la creacion delEstado de Israel en territorio Palestino, debieran ser en consecuencia responsables en la solucion del problema.
Las grandes potencias del mundo Occidental y cristiano perdieron su verguenza en Yu’goslavia, los palestinos solos no pueden enfrentar a colonizadores crueles e impunes. Creo que toca a los puebles del Tercer Mundo desconocer a Israel y boicotear absolutamente todas sus actividades económicas,culturales etc.
BLANCA MARCHISIO DOGLIOTTI 22 de junio 2014
Que increíble que sean tan ciegos! «Los palestinos solos no pueden enfrentar a colonizadores crueles» y por eso secuestran y matan niños? «los derechos del pueblo palestino»??? pero si los palestinos violan deliberadamente toda clase de tratados por la paz nacionales e internacionales cada 5 minutos!!! de verdad no entiendo sus conceptos muchachos…
Azucena:
Tú no solo estás ciega, y pésimamente informada, sino también intoxicada de hasbara sionista.
Necesitarías, además de abrir los ojos e informarte correctamente, someterte a un tratamiento de desintoxicación.
Entre la angustia y la rabia, me debato por mi impotencia. Ante nuestros ojos, año tras año desde que tengo uso de razón, se está cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino, que es una vergüenza para el mundo entero, y ahí sigue. Yo que he sentido como propios los sufrimientos del pueblo judío bajo el terror nazi, que he leído libros y más libros sobre Manhausen, Treblinka, Auwswicz, los silencios de aquel papa pio XII, que sólo veía enemigos comunistas, y olvidaba a los según él deicidas, me sublevo ante el horror que ese pueblo, entonces sin poder, está cometiendo cuando tiene poder.¿Sólo eso les ha cambiado?. ¡¡¡Y son iguales, por lo menos sus gobernantes!!!..¿Qué democracia es esa de la que tanto presumen?..Matar indiscriminadamente
niños, mujeres,ancianos tobarles sus tierras, destruirles sus casas, aplastarlas con sus buldocers
¿esa barbarie es una democracia?. ¡¡¡Ya está bien!!!. Sus muros convierten los territorios palestinos en cárceles, en donde no les han dejado sus fuentes, sus arroyos, para que se mueran de sed¡¡¡¿Qué es eso? Y no me hablen de ningún dios, de ningún derecho, de ninguna ley, donde ellos, los israelitas lo tienen todo, dios, derecho,ley.,LA RAZÓN DE LA FUERZA. El dios de la venganza del robo, la rapiña, la destrucción.
ANTONIO TOSTON DE LA CALLE. 12 de julio 1014.