El resurgir de la lucha armada en Cisjordania

 

Posters de los mártires tapizan la Ciudad Vieja de Nablus (noviembre 2022, Ahmad Al-Bazz, MEE).

En el año que termina, Yenín y Nablus -dos ciudades del norte de Cisjordania- volvieron a estar en las noticias debido a la reaparición de actividad armada palestina. Las dos ciudades fueron epicentro de la lucha armada durante la segunda intifada, hace 20 años, y las dos sufrieron también la invasión y destrucción por parte de las fuerzas israelíes.

Al igual que hace dos décadas, en Yenín la actividad se concentra en el campo de refugiados del mismo nombre, y en Nablus en la Ciudad Vieja -y también en el campo de refugiados de Balata-. Según el mandato recibido en los Acuerdos de Oslo, la Autoridad Palestina se dedicó durante estas dos décadas a suprimir y reprimir a las organizaciones armadas en Cisjordania, en estrecha coordinación con las fuerzas israelíes. Y lo hizo de manera eficiente, aparentemente. Todos los militantes que pasaban por las cárceles de la AP, poco después de liberados eran arrestados por Israel (o viceversa). Esporádicamente surgían -y surgen- en ambos lugares episodios de enfrentamientos entre las fuerzas de la AP y distintos grupos armados, desde las brigadas de los partidos históricos (Fatah, Yihad Islámica, Hamas, FPLP) hasta bandas dedicadas a actividades criminales de dudosa índole (en el caso de Balata) que generaron incluso enfrentamientos internos.

Pero las características de esta nueva fase son diferentes (como se verá en los artículos a continuación): los nuevos grupos armados no se identifican con un partido especial, sino que son nuevas formaciones donde participan militantes independientes o de las alas armadas de los distintos partidos en forma unitaria (como ocurre ya en Gaza); sus integrantes son muy jóvenes (entre 18 y 25 años), su extracción es de base comunitaria y -salvo algunas acciones puntuales realizadas en Tel Aviv– actúan principalmente en su zona de residencia, dirigiendo su accionar hacia los soldados y los colonos violentos de los alrededores, en los checkpoints militares y cruces de carreteras, y también defendiendo su ciudad o mujayyam durante las incursiones de las fuerzas israelíes.

Su lucha armada no pretende obtener victorias ante la poderosa maquinaria bélica israelí, sino inspirar a la juventud y despertar un sentido de dignidad y esperanza entre sus conciudadanxs. Prefieren morir resistiendo antes que aceptar la muerte en vida y sin futuro a que los condena el régimen colonial. Quizás por eso, los integrantes de estos nuevos grupos armados son admirados por sus familias y comunidades, que los cobijan y protegen, a pesar del altísimo precio que la brutal y desproporcionada represión israelí les hace pagar.

A continuación, el resumen semanal de coyuntura de Mondoweiss, enviado el 21/11/22:

West Bank dispatch (Despacho desde Cisjordania) – Nov. 14 – 21

Mártires, lobos solitarios y leones clandestinos

En los últimos meses se ha visto la evolución de dos dinámicas en paralelo: la proliferación de ataques de ‘lobos solitarios’ y la expansión de grupos de resistencia armada organizados. Israel se ha esforzado por erradicar ambos tipos de resistencia, pero ha tenido bastante menos éxito a la hora de anticipar y prevenir las acciones de los lobos solitarios.

La semana pasada comenzó con un atentado de apuñalamiento y embestida de ‘lobo solitario’ perpetrado por Muhammad Murad Souf (18), que causó la muerte de 3 colonos israelíes en la zona industrial de Ariel. La semana terminó con la incursión del ejército israelí en Yenín en busca de un combatiente de la resistencia palestina en la mañana del 21 de noviembre, durante la cual los soldados dispararon y mataron al joven Mahmoud al-Saadi durante los enfrentamientos con el ejército. Esta semana también ha sido notable por una declaración del grupo de resistencia armada con sede en Nablus, la Guarida de los Leones, en la que el grupo anuncia que ha adoptado un cambio de táctica para enfrentarse al ejército israelí.

La operación en Ariel se produjo después de dos semanas de relativa tranquilidad en el frente de la resistencia, con escasos informes de operaciones −tanto de ‘lobos solitarios’ como de la resistencia armada organizada− en Cisjordania. Antes del ataque con arma blanca en el asentamiento de Ariel, el último apuñalamiento de un lobo solitario se produjo el 3 de noviembre, cuando un estudiante universitario palestino de 20 años murió tras apuñalar a un policía israelí en la Ciudad Vieja de Jerusalén ocupada. Antes de la operación en Ariel, tampoco se había oído mucho sobre la Guarida de los Leones, que no había emitido ninguna declaración oficial reivindicando la responsabilidad de las operaciones armadas contra la ocupación israelí desde el 9 de noviembre.

Las operaciones de los lobos solitarios son formas de resistencia fundamentalmente ofensivas, y durante los últimos siete años Israel ha sido en gran medida impotente para evitar que se produzcan. Por definición, los ataques de los lobos solitarios no dependen de una amplia red de personas, no requieren recursos significativos y a menudo utilizan cuchillos, pistolas u otras armas rudimentarias. También suelen ser más mortíferos, pues se producen a quemarropa y sin apenas planificación previa. Udai al-Tamimi mató al soldado israelí Noah Lazar utilizando sólo una pistola, y logró eludir una masiva persecución militar durante 10 días antes de hacer su última parada, mientras que Muhammad Souf mató a tres colonos con un cuchillo y un auto.

La respuesta israelí y la vasta campaña de detenciones de cualquier persona en los círculos sociales inmediatos de esos lobos solitarios ha sido tan histérica como ineficaz. La razón principal es que estas operaciones de resistencia individual se han llevado a cabo a menudo de forma espontánea e independiente de cualquier estructura organizativa infiltrada o fuertemente vigilada.

Por otra parte, la actividad militar de los grupos armados en Nablus y Yenín ha sido en gran medida defensiva, al lanzar operaciones contra objetivos militares israelíes cercanos o disparar contra las incursiones de las fuerzas israelíes y las invasiones de colonos cerca de la Tumba de José (Nablus). El número de bajas registradas en las filas israelíes por parte de esos grupos ha sido limitado.

La operación llevada a cabo por Raad Khazem, en la que murieron tres israelíes, fue única en el sentido de que, si bien se trató de un ataque de lobo solitario, Khazem también procedía del campo de refugiados de Yenín, y era producto del resurgimiento de la presencia armada en Yenín. Tras la operación de Khazem, Israel anunció que lanzaría una guerra contra el campo de Yenín y contra los bastiones de la resistencia armada en Cisjordania, y fue la inauguración de la Operación Romper la Ola en Yenín.

En otras palabras, el acto más mortífero de los grupos de resistencia armada, y el que instigó la operación Romper la Ola, fue un ataque de lobo solitario.

Israel se ha acostumbrado a lidiar con grupos armados organizados −compuestos por un amplio número de integrantes− que pueden ser infiltrados, vigilados y convertidos en blanco para ser aniquilados. Los grupos de resistencia armada de Nablus y Yenín han sido objeto de un esfuerzo concertado de contrainsurgencia por parte de Israel, marcado por asesinatos selectivos, amplia recopilación de información y extensos operativos de búsqueda y captura. Uno de los mayores ataques masivos a la Ciudad Vieja de Nablus, el pasado mes de octubre, asestó un importante golpe a la Guarida de los Leones al asesinar a Wadee al-Hawah, uno de los principales líderes del grupo, junto a algunos de sus compañeros. Tras el asesinato de Hawah, varios miembros de la Guarida de los Leones se entregaron a la Autoridad Palestina a cambio de una supuesta amnistía, lo cual dejó en la incertidumbre el destino del grupo.

En general, esto ha significado que la contrainsurgencia israelí ha podido alcanzar objetivos concretos en su intento de erradicar la infraestructura de las organizaciones de la resistencia. Aunque Israel se ha vuelto experto en infiltrar y atacar a estos grupos, la brutal campaña de asesinatos israelí parece haber sido facilitada en parte por las medidas de seguridad relativamente laxas adoptadas por los combatientes de la resistencia, la mayoría de los cuales eran adolescentes y veinteañeros sin formación militar formal.

Pero algo de esto podría estar cambiando, como indica la reciente declaración de la Guarida de los Leones en su canal de Telegram.

El 20 de noviembre, el grupo anunció que el sábado había atraído a una unidad de fuerzas especiales israelíes hacia la Ciudad Vieja de Nablus en su búsqueda de “líderes de la Guarida [de los Leones] que son desconocidos para el público en general.” En una aparente emboscada preparada por el grupo armado, la unidad de fuerzas especiales israelíes se vio enfrentada a tiroteos y explosivos “desde tres direcciones”, lo cual, según el comunicado de Telegram, hizo que el ejército pidiera decenas de refuerzos antes de retirarse. El comunicado continuaba saludando a “todos los combatientes de la Brigada Balata y a nuestras valientes facciones que participaron en esta batalla.”

Pero lo más notable de la declaración era su indicación de que la Guarida de los Leones “ahora está enfrentando al ocupante con tácticas diferentes”. La declaración decía:

[La Guarida de los Leones] ha escondido a sus dirigentes y a sus soldados. La fuente de información de la ocupación sobre la Guarida ha sido cortada, y ni la ocupación ni sus colaboradores saben nada de ella. Por lo tanto, apelamos y les pedimos a todos que no difundan ninguna foto de un combatiente de la resistencia en las redes sociales, ni siquiera en mensajes privados, y que se abstengan de fotografiar a ningún combatiente de la resistencia.

El comunicado continúa apelando a la ciudadanía para que deje de utilizar las cámaras de seguridad. “Ustedes no saben lo que nosotros sabemos de la capacidad de la ocupación para piratear estas cámaras y rastrear con facilidad los movimientos de los combatientes de la resistencia”, afirmó la Guarida de los Leones.

El comunicado finalizaba con la promesa de que la Guarida de los Leones vive y lucha:

Lucharemos hasta el último combatiente, la última bala, la última gota de sangre. Daremos nuestras vidas por vuestros hijos, nuestras vidas por vuestro honor, y todos moriremos, mientras vuestras cabezas se mantienen en alto y vuestras banderas permanecen izadas.”

Traducción: María Landi.

Miembros de las brigadas armadas de Fatah, Hamas y la Yihad Islámica posan juntos en la plaza del campo de refugiados de Yenín (agosto 2022, AFP).

Leer: La historia de la Guarida de los Leones, de Mariam Barguti y Yumna Patel para Mondoweiss, traducido por Javier Villate en su sitio Diferencias.

Leer también:
The Jenin Brigades and The Lions’ Den: Palestine’s new resistance, de Hani Al-Masri para Middle East Eye
The rise of Jenin’s armed resistance, de Shatha Hammad para Middle East Eye
Inside the Lions’ Den: Will Palestinian resistance keep growing?, de Zena Al Tahhan para Al Jazeera
Palestine: Nablus rallies around the Lions’ Den despite setbacks, de Ahmad Al-Baaz para Middle East Eye.

Souvenirs con fotos de los mártires de la Guarida de los Leones en una tienda de la Ciudad Vieja de Nablus (octubre 2022, Ahmad Al-Bazz, MEE).

 

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Conozca a los nuevos reyes de la política israelí

El partido racista, homófobo y ultranacionalista Sionismo Religioso fue el gran ganador de las últimas elecciones en Israel. También es un perfecto reflejo de hacia dónde se dirige el país.

 

«Déjenme adivinar… ¿Netanyahu y Ben Gvir?» (Carlos Latuff).


Jonathan Ofir

 

Israel acaba de celebrar sus elecciones y los ganadores pertenecen a un bloque político de corte extremista, nacionalista y fundamentalista religioso sin precedentes, liderado por el Likud (32 escaños), el Sionismo Religioso, (14 escaños), el Shas (11 escaños) y el Judaísmo Unido de la Torá (7 escaños). Mientras que el Likud, el Shas y el Judaísmo Unido de la Torá son partidos tradicionales bastante conocidos, el apoyo al Sionismo Religioso se ha disparado en los últimos meses, y sus líderes siguen siendo relativamente desconocidos.

Dado que el Sionismo Religioso obtuvo 14 escaños en las elecciones israelíes, a continuación se presenta un resumen de los 14 principales miembros de la lista que formarán parte, casi con toda seguridad, del próximo gobierno israelí.

  1. Bezalel Smotrich

Smotrich es conocido por sus declaraciones homófobas, ultranacionalistas y de intolerancia religiosa. En 2006, Smotrich ayudó a organizar un “desfile de bestias”, que se burlaba del Desfile del Orgullo Gay de Jerusalén y presentaba cabras y burros. En 2015, entonces como miembro del partido Hogar Judío (un partido que en su actual integración, liderado Ayelet Shaked, no llegó al umbral electoral), dijo que era “un orgulloso homófobo”.

Cuando se trata de las personas palestinas con ciudadanía israelí, Smotrich va más lejos aún que Netanyahu, quien advirtió en 2015, en la víspera de las elecciones, que “los árabes vienen a votar en masa”.

En 2016, Smotrich fue noticia a raíz de las informaciones sobre la existencia de una política de facto de segregación racial en las maternidades israelíes, donde tuiteó: “Es natural que mi esposa no quiera compartir la habitación con una mujer que acaba de dar a luz a un bebé que podría querer asesinar al nuestro dentro de veinte años.” Su esposa, Revital, apoyó su opinión. Dijo al Canal 10 de Israel que había “echado a un obstetra árabe de la sala [de partos]. Quiero que manos judías toquen a mi bebé, y no me sentía cómoda en la misma habitación con una mujer árabe.” Y continuó: “Me niego a tener una partera árabe, porque para mí dar a luz es un momento judío y puro.”

Y en 2017, Smotrich dio a conocer su “Plan de Decisión”, el cual propone que la población palestina acepte explícitamente vivir bajo el apartheid como súbdita de segunda clase en “el Estado judío” (renunciando oficialmente a sus “aspiraciones nacionales”), o sea expulsada del país.

Bezalel Smotrich aspira a ser ministro de Defensa o de Finanzas en el próximo gobierno israelí.

  1. Itamar Ben-Gvir

Itamar Ben-Gvir, del Partido Poder Judío, es un terrorista judío convicto, discípulo del rabino terrorista convicto Meir Kahane, y admirador del autor de la masacre de Al-Jalil (Hebrón), Baruch Goldstein, que en 1994 mató a 29 fieles que estaban rezando en la mezquita de al-Ibrahimi.

Puede que Netanyahu haya sido la cara del halcón israelí y de la intransigencia durante los muchos años de su mandato, pero palidece en comparación con Smotrich, y Smotrich parece palidecer en comparación con Ben-Gvir.

Como Smotrich, Ben-Gvir también tiene un plan para expulsar a las y los ciudadanos palestinos “desleales”. Ha conseguido hacerse popular tanto acudiendo a los kibutz (lo que podría decirse que era para burlarse del Partido Laborista), como blandiendo armas y animando a otros a disparar a los palestinos que lanzan piedras en el barrio ocupado de Sheij Yarrah, al este de Jerusalén.  Sin embargo, aunque a menudo se describe a Ben-Gvir como un extremista, es importante señalar aquí que Ben Gvir es la quintaesencia del sionismo.

Ben-Gvir ha atenuado un poco su retórica al convertirse en un político oficial. Los cánticos tradicionales de los jóvenes de sus bases han cambiado de “muerte a los árabes” a “muerte a los terroristas”. Este parece ser un objetivo real que está dispuesto a perseguir, y si consigue el codiciado puesto de Ministro de Seguridad Interior al que aspira, puede tener muchas oportunidades de implementar esta amenaza.

  1. Ofir Sofer

Ofir Sofer ya ha estado en la lista del Sionismo Religioso bajo su antiguo nombre Tkumah (“Renacimiento”) y fue su secretario general desde 2014. Pasó por el partido Yamina (“Hacia la derecha”), se presentó a las elecciones del Likud el año pasado, y luego volvió al Sionismo Religioso este verano. Es un antiguo comandante del ejército.

Al igual que sus compañeros de lista, cree que las y los ciudadanos palestinos de Israel buscan “socavar los cimientos del Estado judío desde dentro.”

  1. Orit Strook

Orit Strook es la mujer de más alto rango en la lista de sionistas religiosos. Fundó la “organización de derechos humanos de Judea y Samaria” en 2002, que trabaja para aplicar nombres bíblicos a los territorios palestinos ocupados y proteger los “derechos humanos” de la población colona invasora frente a la población palestina invadida.

  1. Yitzhak Wasserlauf

Yitzhak Wasserlauf es el presidente de la facción Poder Judío. Con sólo 30 años, se espera que sea el miembro más joven de la Knesset. Pide la deportación de los solicitantes de asilo africanos, además de los palestinos “desleales”, por supuesto.

  1. Simha Rothman

Simha Rothman forma parte del Movimiento del Templo, que busca la destrucción de la mezquita de Al-Aqsa y exhorta a que las y los judíos recen en el recinto, en contra del acuerdo del statu quo, el cual según él es “racista”.

  1. Almog Cohen

Almog Cohen es el fundador de un equipo de supremacistas judíos vigilantes que patrullan el sur de Israel para “luchar contra la delincuencia de los beduinos”. Cohen se jactó recientemente de haber agredido a beduinos en 2013, cuando formaba parte de un equipo SWAT de la policía. En el suceso en cuestión, los agresores golpearon violentamente a un padre y a sus dos hijos que protestaban pacíficamente, orinaron sobre ellos y les amenazaron con un tiro en la cabeza. Al no poder confirmarse la identidad de los policías agresores, el caso se cerró y nadie fue sancionado.

  1. Michal Waldiger

Michal Waldiger es la cara aparentemente más “humana” del Sionismo Religioso. Es una abogada que se dedica a la salud mental, el abuso de drogas y el servicio nacional de las mujeres, y por supuesto también es una defensora de la supremacía judía ultranacionalista.

  1. Amichai Eliyahu

Amichai Eliyahu está enfocado en la lucha contra el mestizaje y en la importancia de Israel para mantener la biología judía. Recientemente, Eliyahu atacó a la líder del Partido Laborista y ministra de Transporte, Merav Michaeli, que tuvo un hijo por gestación subrogada, como “alguien que compró un hijo en Amazon” y que “no nos dará lecciones sobre la tolerancia”. También la criticó por “imponernos sus valores” cuando Michaeli condujo el acto de inauguración de una nueva línea de autobús que circula los sábados, a la que Eliyahu se opone vehementemente.

  1. Zvika Fogel

Zvika Fogel es un brigadier general retirado, antiguo jefe del Comando Sur del ejército. Es el representante militar de alto rango en el Sionismo Religioso, que por lo demás no tiene un gran perfil militar, como es tradicional en muchos partidos sionistas (el propio Ben-Gvir, por ejemplo, fue considerado no apto para el servicio debido a sus antecedentes políticos extremos). Fogel aboga por la anexión del Valle del Jordán, algo que tanto Netanyahu como su rival Benny Gantz han defendido en el pasado y que sin embargo han puesto a un lado, a pesar de que esta anexión ya se ha producido de facto.

  1. Avi Maoz

Avi Maoz es el jefe de Noam, un partido explícitamente anti LGBTQ (patrocinado ideológicamente por el rabino Zvi Thau, de la yeshiva de colonos de Har Hamor) que forma parte de la lista del Sionismo Religioso. Noam cree que Smotrich y los suyos no van lo suficientemente lejos para proteger los valores familiares tradicionales, judío-ortodoxos y conservadores. Su vídeo electoral de julio fue retirado por YouTube por violación de las condiciones de uso, pero puede verse aquí.  En él aparece una familia (madre, padre e hijo) acudiendo a votar, bombardeada por mensajes liberales. Dicen que votan para que “mi hijo pueda ser judío” y para que “se case con una mujer”.

  1. Ohad Tal

Ohad Tal representa una cara relativamente benigna del Sionismo Religioso, y fue hasta hace poco jefe del movimiento juvenil sionista religioso Bnei Akiva. Trabaja en las relaciones con el judaísmo de la diáspora y parece estar abierto a hacer acuerdos en las disputas internas judías respecto al monopolio ortodoxo de los lugares de oración, como el Muro de las Lamentaciones. Quizás no se esperaba que esta cara relativamente más suave apareciera en el parlamento, ya que muy pocos esperaban que la lista sionista religiosa obtuviera más de 10 u 11 escaños.

  1. Limor Son Har Hamelech

Limor Son Har Hamelech es un colono de larga data y uno de los evacuados de la colonia de Homesh en 2005. Esto formaba parte del acuerdo de “desconexión” de Gaza, en el que también se evacuaron cuatro colonias israelíes en Cisjordania. Son Har Hamelech aboga por que los colonialistas israelíes vuelvan a todas las zonas que abandonaron en 2005.

  1. Yitzhak Kroiser

Yitzhak Kroiser pertenece a la facción  Poder Judío y apenas tiene huella política. Es hijo de Yehuda Kroiser, que es el rabino jefe de la colonia judía Mitzpeh Jericó. Yehuda Kroiser dirige una yeshiva de Jerusalén llamada La Idea Judía, que es una institución kahanista.

Son parte de la política sionista mainstream

Por último, vale la pena señalar que muchas de las ideas defendidas por los integrantes de la lista del Sionismo Religioso no son singulares, y han existido en la corriente principal de la política sionista. Ya hemos visto esta vena no apologética en el Likud, como cuando Tzipi Hotovely, entonces viceministra de Relaciones Exteriores, dijo en 2015 en su discurso de investidura: “Esta tierra es nuestra. Toda ella es nuestra. No hemos venido a pedir perdón por ello.”

Hotovely es también una sionista religiosa. Ese tipo de sionismo religioso fundamentalista se ha vuelto cada vez más dominante en la política israelí, así como dentro del liderazgo militar. Si se le llama Sionismo Religioso como partido o no, no importa: es una fuerza en la sociedad israelí.

Además, el reclamo explícito del partido Poder Judío de expulsar a la población palestina con ciudadanía israelí no es sólo compartida por una minoría enloquecida. En el pasado, el líder de Israel Beitenu, y principal voz anti-Netanyahu, Avigdor Lieberman, abogó no sólo por expulsarles, sino por decapitarlos con un hacha. Según una encuesta de PEW de 2016, la ciudadanía israelí estaba dividida de forma bastante pareja respecto a si los palestinos debían ser expulsados o no, pero una clara mayoría de los que se definen como religiosos estaba a favor.

Así que, aunque muchas personas están horrorizadas por el racismo y el fanatismo manifiestos de los partidos Sionismo Religioso y Poder Judío, está claro que no son una aberración o un grupo marginal. Representan las opiniones israelíes mainstream, y estas opiniones son cada vez más prominentes y más influyentes. Es más, parecen ser el futuro de Israel, ya que Poder Judío es aproximadamente tres veces más popular entre la juventud que entre el electorado de más edad. Este es realmente el rumbo por el que va Israel.

Publicado en Mondoweiss el 11/11/22. Traducción: María Landi.

Leer también otros artículos sobre el tema en +972 Magazine.

De izquierda a derecha: Yitzhak Wasserlauf, Itamar Ben-Gvir, Bezalel Smotrich y Orit Strook en la Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja de Jerusalén el 20/10/21 (Foto: Yonatan Sindel/Flash90).

 

Previsible, Inevitable, Irreversible


Jonathan Kuttab

Director de Friends of Sabeel North America (FOSNA)

Se ha hablado mucho recientemente de los resultados de las elecciones israelíes y del aterrador giro a la derecha de la política israelí. Hacia la izquierda, Meretz no alcanzó el umbral mínimo, mientras que los laboristas apenas lo hicieron. Itamar Ben Gvir, que fue condenado específicamente por terrorismo e incitación en Israel y declarado terrorista por Estados Unidos, que tiene 53 condenas penales, que dirige abiertamente los cánticos de “Muerte a los árabes” y que aboga públicamente por las deportaciones masivas de árabes, tiene ahora 14 escaños en la Knesset. Su partido es el tercero más grande de Israel y pide ser ministro de policía.

Este racismo fascista y abiertamente descarado hace que muchos amigos de Israel se sientan totalmente incómodos, creándoles una crisis de conciencia. Sin embargo, hay que declarar que la elección de Ben Gvir no es un hecho repentino o reciente. Es previsible, inevitable e irreversible.

Una vez que la mayoría de los judíos israelíes eligieron rechazar el concepto de igualdad y buscaron en su lugar crear un Estado judío, y además una vez que se decidió no entregar las propiedades ocupadas en 1967 para que el pueblo palestino estableciera un Estado propio, y en cambio manteniendo y asentándose agresivamente en esas zonas, era inevitable que Israel hubiera optado por gobernar y oprimir a otra nación a perpetuidad. Los israelíes sintieron que habían ganado, que tenían el poder de retener toda Palestina/Eretz Yisrael. Durante más de medio siglo, fingieron que la ocupación era temporal y emplearon una serie de argumentos y engaños para encubrir sus verdaderas intenciones. Pero la realidad sobre el terreno demostró que Israel nunca tuvo intención de aceptar a las y los palestinos como pueblo ni de permitir la creación de un Estado palestino, ni siquiera dentro del 22% de la Palestina histórica que constituye Cisjordania/Gaza.

La población árabe dentro de sus fronteras tuvo que aceptar esta realidad y dejar de lado cualquier pretensión irreal de ejercer una verdadera soberanía sobre cualquier parte de la tierra. Sin embargo, una vez que la nación gobernada se negó a aceptar esta injusticia y optó por resistir, a pesar del abrumador poder desplegado contra ellos, Israel tuvo que volverse necesariamente más y más fascista, represivo y abiertamente racista. No importaba si la resistencia palestina era no violenta (como el BDS) o no. Cualquier negativa a aceptar la visión sionista de la supremacía y el predominio judío en la Tierra tenía que ser aplastada y silenciada.

En una reciente entrevista con Bill Maher, Benjamin Netanyahu fue muy claro: “Los palestinos son sólo el 1% del mundo árabe. Fue una tontería aceptar el principio de que primero tenemos que hacer la paz con los palestinos. Buscaremos la paz con el otro 99% y sólo después veremos qué hacer con los palestinos.” Ni siquiera hablará con Mahmoud Abbas, y mucho menos tratará a la Autoridad Palestina como un Estado en ciernes, sino que se limitará a utilizarla como un subcontratista cuyo trabajo y deber es evitar que su pueblo se resista de alguna manera a la dominación israelí.

La cuestión es que desde el momento en que se embarcó en este camino, se hizo predecible e inevitable que Israel llevara a cabo acciones que sólo pueden describirse como la aplicación de un régimen de apartheid. Su ideología requería una limpieza étnica o un apartheid para mantenerse. Ha necesitado detener y encarcelar a más y más palestinos/as, aplastar a la sociedad civil, asesinar a periodistas y aterrorizar a la población. Una combinación de sionismo tanto religioso como secular ha negado la igualdad a la población árabe palestina, requiriendo medidas duras para apalearla hasta la sumisión. Y, cuando ese comportamiento fracasa, Israel se redobla y utiliza medidas aún más duras.

En última instancia, a menos que las y los palestinos se den por vencidos y se hagan los muertos (cosa que no tienen intención de hacer), esta lógica empuja a Israel a seguir tomando medidas cada vez más duras. El apartheid se ha convertido en un aspecto necesario e integral del sistema de control de Israel sobre el pueblo palestino. Y la maquinaria del apartheid israelí es cada vez más difícil de ocultar o camuflar. También es cada vez más difícil para la gente justificar moralmente un sistema así. A falta de legitimidad moral, el Estado debe recurrir a la fuerza bruta para mantener su sistema de apartheid.

FOSNA cree que la cuestión de Palestina/Israel es ante todo una cuestión moral y ética. Dado el apoyo masivo que Estados Unidos presta al Estado de Israel y al movimiento sionista, todas y todos estamos implicados en sus políticas, a menos que nos resistamos activamente a ellas. Hacerlo no es tomar partido en una lucha entre dos facciones opuestas, sino defender la justicia, la igualdad y los derechos para todas las personas. Es oponerse al apartheid y a la discriminación y resistir a la opresión. La elección de Ben Gvir y la reelección de Netanyahu deberían dejar más nítidas y claras las cuestiones. Los argumentos que se utilizaron en el pasado para apoyar el sionismo y las políticas de Israel ya no pueden sostenerse. Las personas con conciencia y moralidad deben tomar una posición.

Fuente: newsletter de FOSNA. Traducción: María Landi.

 

«Si [los palestinos] están tirando piedras, ¡dispárenles!» A mediados de octubre pasado, el diputado israelí de extrema derecha Itamar Ben-Gvir fue visto blandiendo una pistola mientras se encontraba en el barrio de Sheij Yarrah, en Jerusalén Oriental ocupada, diciendo a las fuerzas israelíes que dispararan a los palestinos que lanzaran piedras. Los colonos israelíes atacaron el barrio en un momento en que las tensiones aumentaron tras el asesinato de un soldado israelí en un puesto de control la semana anterior. Fuente: Middle East Eye.

 

 

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¡La selección uruguaya de fútbol NO VA a Israel!


COMUNICADO DE LA CAMPAÑA “¡URUGUAY, NO VAYAS!”

¡URUGUAY NO VA A ISRAEL!

 

Ante la confirmación oficial y pública en los medios de prensa de que Uruguay realizará la preparación final para el Mundial 2022 en Abu Dabi, celebramos la noticia:

¡URUGUAY NO VA!

Como dijimos al lanzar la campaña, no queremos que la celeste sea usada para blanquear al apartheid israelí ni para encubrir sus graves violaciones a los derechos humanos y colectivos del pueblo palestino.

Fundamentamos nuestro planteo en la carta que presentamos el 3 de junio en la AUF, con la firma de más de 20 organizaciones sociales, de derechos humanos y vinculadas al fútbol de nuestro país.

En estos meses, la AUF recibió cuatro cartas de clubes y asociaciones de fútbol de Palestina explicando las continuas y graves agresiones que Israel comete contra el fútbol y el deporte palestinos, e infinidad de mensajes de organizaciones de todo el mundo pidiéndole que la Selección no se prestara a lavar con el fútbol los crímenes de Israel.

Entre los múltiples mensajes enviados a la AUF se incluyen: de un ex entrenador de la selección de fútbol de Palestina, del músico Roger Waters, de grupos judíos antisionistas de varios países, de instituciones religiosas, de organizaciones de derechos humanos y colectivos de solidaridad de los cinco continentes y de territorios tan distantes como Palestina/Israel, Sudáfrica, India, Canadá, EE.UU., Europa, Australia, Aotearoa/Nueva Zelanda, Turquía, y de nuestra propia región. ¡Agradecemos profundamente toda la solidaridad y el apoyo recibidos desde tantos territorios!

Esperamos que esos mensajes hayan sido leídos y escuchados por los jugadores de la selección y los dirigentes de la AUF; y tenemos la esperanza de que serán tenidos en cuenta en el futuro. Porque como dijimos desde el primer día: con el apartheid no se juega.

Por una PALESTINA LIBRE, ¡URUGUAY NO VA!

Coordinación por Palestina

 

Leer también:
Con Susan Shalabi, Vicepresidenta de la Asociación Palestina de Fútbol
Fútbol y apartheid: entre la normalización y la resistencia
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En el reino del revés, la víctima es el agresor

 

 

¡LIBERTAD PARA HAFEZ HURAINI!

 

Hafez Hureini es un conocido y querido líder comunitario del poblado Al-Tuwani, en las Colinas al Sur de Hebrón. Practica y enseña la acción no violenta. Su hijo Sami, también líder comunitario, es fundador del novedoso colectivo Jóvenes de Sumud. Ambos participan en la resistencia pacífica para defender a las comunidades de Masafer Yatta de la inminente expulsión de su tierra. El 13 de septiembre Hafez fue atacado por colonos ilegales armados con barras de metal y M16, pero como ‘castigo’ los soldados lo detuvieron a él por intentar defenderse, no a los atacantes. Traduzco un hilo de la periodista Yumna Patel en Twitter:


El apartheid israelí en acción

Una grave injusticia está ocurriendo ahora mismo en Cisjordania ocupada, mientras hablamos. Un palestino fue atacado por colonos armados y enmascarados mientras cultivaba su tierra. Le atacaron con tubos de metal y le rompieron ambos brazos.

Al defenderse de los colonos −algunos de ellos armados con ametralladoras M16−, hirió a uno de ellos. Cuando apareció el ejército israelí, impidió que los médicos lo evacuaran, mientras los colonos pinchaban los neumáticos de la ambulancia. Los soldados lo detuvieron y lo pusieron bajo custodia.

Después de que sus brazos quebrados fueran tratados en un hospital israelí, los soldados lo llevaron a una base militar para interrogarlo. Está detenido bajo la acusación de intento de asesinato, y mañana comparecerá ante un tribunal militar (un tribunal que tienen una tasa de condenas del 99,7%).

Los colonos israelíes que atacaron a Hafez Huraini y le rompieron los brazos no han sido detenidos ni acusados de ningún delito, a pesar de las pruebas de video que les muestran instigando el ataque y golpeando a Huraini.

En Cisjordania ocupada los palestinos viven bajo legislación militar, y los colonos israelíes, que están en el territorio ilegalmente, viven bajo la legislación civil. Hay dos sistemas de leyes diferentes para dos pueblos distintos, basados en su etnia y nacionalidad. Eso es apartheid.

Mañana Huraini irá a juicio. Hay una gran posibilidad de que se prolongue su detención [así ocurrió el 15/9], y podría estar encarcelado durante meses, incluso años, si se le condena en el tribunal de la ocupación. Mientras tanto, los colonos responsables del ataque violento viven libremente.

#FreeHafezHuraini
#DefendMasaferYatta 

Seguir a Yumna Patel en: @yumna_patel

Leer el relato de otro hijo de Huraini, Mohammed, en Mondoweiss: Israeli settlers attacked my father on our land. The settlers are free, while my father sits in prison

Leer otra crónica de Basil Adraa y Yuval Abraham que desenmascara -con fotos e imágenes de video- el falso relato de los colonos sobre un «linchamiento» provocado por Huraini y sus vecinos: How the Israeli media reported ‘a lynching’ that never happened.

 

Las fuerzas de ocupación israelíes siguen reprimiendo a los activistas populares de #MasaferYatta para impedirles defender su tierra. Los organizadores de base están desempeñando un papel activo en la denuncia de los crímenes israelíes y la movilización del mundo para #DefenderMasaferYatta
Vídeo: Juventud de Sumud, publicado por Stop the Wall en su página de Facebook.

 

 

Publicado en Apartheid, Colinas del Sur de Hebrón, Masafer Yatta, presos políticos palestinos, Violencia de los colonos | Etiquetado , , , , | Deja un comentario

16-19 de septiembre: Días de Acción Global por Masafer Yatta

#DefenderMasaferYatta


Llamamos a una movilización global del 16 al 19 de septiembre en solidaridad con la población palestina de Masafer Yatta, para apoyar su firmeza y resistencia a la intensificación de la limpieza étnica que lleva a cabo el régimen de apartheid israelí.

Comenzamos nuestra movilización el 16 de septiembre, cuando se cumple el 40º aniversario de la masacre en los campos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila en el Líbano, perpetrada en 1982 por una milicia fascista de la Falange Cristiana bajo la supervisión directa del ejército de ocupación israelí de la época. Desde nuestros refugiados y refugiadas que aún luchan por su derecho a regresar a sus hogares, hasta quienes hoy nos vemos amenazadas/os por la expulsión, el pueblo indígena palestino en todo el mundo exige el fin de la impunidad israelí.

Los Días de Acción Global culminarán antes de la apertura de la Asamblea General de la ONU que comienza el 20 de septiembre. Desde Masafer Yatta, nos unimos al resto de la sociedad civil palestina para instar a la ONU a que investigue el apartheid israelí.

El proyecto colonialista de asentamiento de Israel ha instaurado un brutal régimen de apartheid para expulsarnos y apoderarse de nuestra tierra.

La expulsión forzosa de más de 1.000 personas que vivimos en ocho aldeas de la zona Masafer Yatta, aprobada por la Corte Suprema de Israel en mayo de este año, sería la mayor limpieza étnica masiva llevada a cabo por el apartheid israelí desde 1967.

Desde hace décadas, la ocupación militar israelí clasificó ocho aldeas palestinas de Masafer Yatta como “zona de tiro militar”. Los jeeps militares, los tanques, los helicópteros, las armas y los soldados israelíes tienen libertad para disparar munición real en medio de las viviendas palestinas, aterrorizando a las familias, especialmente a niñas y niños. Desde el 21 de junio, las aldeas de Jinba, Al-Markez y Al-Majaz están bajo asedio permanente y bajo la amenaza de las balas israelíes. Esto por no hablar de los actos diarios de terror y violencia perpetrados contra personas palestinas de todas las edades por los grupos de colonos judío-israelíes fanáticos.

Al igual que en otras sociedades racistas, coloniales y de apartheid, denegar a las comunidades nativas y oprimidas su derecho a la educación es un pilar central en el intento de los opresores de mantener su supremacía.

Estudiantes y docentes de Masafer Yatta están particularmente amenazados/as, y están dando la voz de alarma. El 18 de agosto, cuando las y los escolares se preparaban para volver a clase, las escuelas de Jinba y Al-Fajit ₋dos de las principales escuelas de Masafer Yatta₋ recibieron órdenes de demolición de las autoridades de ocupación israelíes. También impidieron a estudiantes y docentes llegar a sus centros educativos: confiscaron los autos que transportaban al personal docente a la escuela, intimidaron violentamente a escolares y docentes, e interrumpieron las clases durante horas, todos los días.

Esto se suma a otras prácticas y políticas de apartheid, como la demolición de viviendas, el apartheid del agua y el continuo robo de tierras.

Unámonos para #DefenderMasaferYatta.

Súmense a la creciente exigencia mundial de que la ONU tome medidas para desmantelar el apartheid israelí.

Durante los Días de Acción Global, hagámosle saber a la ONU que es hora de responsabilizar a Israel, de reactivar los mecanismos contra el apartheid y de imponerle sanciones legales y selectivas, como se hizo para acabar con el apartheid en Sudáfrica.

Del 16 al 19 de septiembre, tomemos el ejemplo de las y los palestinos que protestan en Masafer Yatta, organicémonos y exhortemos a los gremios estudiantiles y docentes a defender las escuelas y la educación en Masafer Yatta, y exijamos el fin del apartheid israelí, del colonialismo y de la ocupación militar:

  • Organicen/súmense a las protestas, vigilias y concentraciones en todo el mundo y exijan a la ONU que #UNinvestigateApartheid.

  • Inspírense en Masafer Yatta y levanten tiendas de campaña solidarias en sus localidades y ciudades.

  • Súmense a las tormentas en las redes sociales y utilicen los hashtags #DefendMasaferYatta y #UNinvestigateApartheid.

  • Presionen a sus gobiernos y parlamentos para que tomen medidas, incluyendo la aplicación de sanciones legales y específicas, así como de embargo militar y de seguridad, y pidan cuentas a quienes son cómplices del apartheid israelí.

Fortalezcan y construyan campañas de BDS para que las empresas e instituciones que avalan al apartheid israelí rindan cuentas por su complicidad. Consulten cómo crear campañas de BDS en apoyo a Masafer Yatta aquí.

Inspírense en el sumud [tenacidad] de las y los habitantes de Al-Fajit, Al-Markez y Al-Tuwani, que han reconstruido sus viviendas después de que las excavadoras israelíes las redujeran a escombros varias veces desde principios de 2022, y de las y los estudiantes y docentes que desafían la represión, decididos a construir un futuro de libertad, justicia e igualdad.

Por favor, comuníquennos cualquier consulta o acción que tengan previsto organizar por el correo: endethniccleansing@riseup.net

Firman:

Juventud de Sumud
Comité de defensa de Masafer Yatta
Campaña popular palestina contra el muro (Stop the Wall)
Comité de Coordinación de la Lucha Popular (PSCC)
Comité Nacional Palestino de BDS (BNC)
Nueva Federación Palestina de Sindicatos
Coalición para la defensa de la tierra

Publicado en el sitio web de Stop the Wall. Traducción: María Landi.

 

 

¡LIBERTAD PARA HAFEZ HURAINI!

En el reino del revés, la víctima es el terrorista

Hafez Hureini es un conocido y querido líder comunitario del poblado Al-Tuwani, en las colinas al Sur de Hebrón. Practica y enseña la acción no violenta. Su hijo Sami, también líder comunitario, es fundador del novedoso colectivo Jóvenes de Sumud. Ambos participan en la resistencia pacífica para defender a las comunidades de Masafer Yatta de la inminente expulsión de su tierra. Estos días Hafez fue atacado por los colonos ilegales, y como ‘castigo’ los soldados lo detuvieron a él, no a los atacantes. Traduzco un hilo de la periodista Yumna Patel en Twitter:


El apartheid israelí en acción

Una grave injusticia está ocurriendo ahora mismo en Cisjordania ocupada, mientras hablamos. Un palestino fue atacado por colonos armados y enmascarados mientras cultivaba su tierra. Le atacaron con tubos de metal y le rompieron ambos brazos.

Al defenderse de los colonos −algunos de ellos armados con ametralladoras M16−, hirió a uno de ellos. Cuando apareció el ejército israelí, impidió que los médicos lo evacuaran, mientras los colonos pinchaban los neumáticos de la ambulancia. Los soldados lo detuvieron y lo pusieron bajo custodia.

Después de que sus brazos quebrados fueran tratados en un hospital israelí, los soldados lo llevaron a una base militar para interrogarlo. Está detenido bajo la acusación de intento de asesinato, y mañana comparecerá ante un tribunal militar (un tribunal que tienen una tasa de condenas del 99,7%).

Los colonos israelíes que atacaron a Hafez Huraini y le rompieron los brazos no han sido detenidos ni acusados de ningún delito, a pesar de las pruebas de video que les muestran instigando el ataque y golpeando a Huraini.

En Cisjordania ocupada los palestinos viven bajo legislación militar, y los colonos israelíes, que están en el territorio ilegalmente, viven bajo la legislación civil. Hay dos sistemas de leyes diferentes para dos pueblos distintos, basados en su etnia y nacionalidad. Eso es apartheid.

Mañana Huraini irá a juicio. Hay una gran posibilidad de que se prolongue su detención [así ocurrió el 15/9], y podría estar encarcelado durante meses, incluso años, si se le condena en el tribunal de la ocupación. Mientras tanto, los colonos responsables del ataque violento viven libremente.

#FreeHafezHuraini
#DefendMasaferYatta 

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Leer el relato de otro hijo de Huraini, Mohammed, en Mondoweiss: Israeli settlers attacked my father on our land. The settlers are free, while my father sits in prison

Leer otra crónica de Basil Adraa y Yuval Abraham que desenmascara -con imágenes de video- el falso relato de los colonos sobre un «linchamiento» provocado por Huraini y sus vecinos: How the Israeli media reported ‘a lynching’ that never happened.

Las fuerzas de ocupación israelíes siguen reprimiendo a los activistas populares de #MasaferYatta para impedirles defender su tierra. Los organizadores de base están desempeñando un papel activo en la denuncia de los crímenes israelíes y la movilización del mundo para #DefenderMasaferYatta
Vídeo: Juventud de Sumud, publicado por Stop the Wall en su página de Facebook.

 

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Masafer Yatta resiste la limpieza étnica (videos)

El régimen israelí está destruyendo vidas, familias y hogares en la zona de Masafer Yatta. Al igual que en el resto de Palestina, pero en este lugar de manera intensiva y concentrada; ante la total indiferencia e inacción de la comunidad internacional. Comparto aquí estos materiales: 1) un texto y un video (20′, en inglés) elaborados por Yumna Patel (directora de noticias de Mondoweiss en Palestina) y su equipo; 2) un texto breve y un video (4′, en inglés) de la TV Social de Israel. En un siguiente post compartiré una acción urgente de la sociedad civil palestina por Masafer Yatta.

Protesta de habitantes de Al-Rakiz, Masafer Yatta, 2021. Keren Manor/Activestills)

 

Salvar a Masafer Yatta: la lucha contra la expulsión


Yumna Patel

 

En mayo de 2022, el Corte Suprema de Israel dictaminó la expulsión de la población palestina que vive en las Colinas del Surde Hebrón, en Cisjordania ocupada, y la entrega de sus tierras al ejército israelí. Conozca a las personas palestinas que luchan por permanecer en sus hogares y resistir lo que los grupos de derechos humanos califican de crimen de guerra según el derecho internacional.

En mayo de 2022, el Corte Suprema israelí dictaminó la expulsión de cientos de familias palestinas que vivían en las Colinas del Sur de Hebrón, en la Cisjordania ocupada, conocidas localmente como Masafer Yatta, y la entrega de sus tierras al ejército israelí.

El ejército ha utilizado durante años enormes extensiones de tierra como zona de tiro activo, poniendo en peligro a las comunidades locales. Ahora, con el respaldo de la Corte Suprema, el ejército tiene el poder de expulsar a unas 1.300 personas de la zona y de demoler completamente ocho aldeas.

Los grupos de derechos humanos dicen que es un acto que equivaldría a un desplazamiento forzoso, un crimen de guerra según el derecho internacional.

“Este tribunal es opresivo y racista, y sólo apoya a la parte israelí, y punto”, dijo a Mondoweiss Sami Hureini, activista local y residente de Masafer Yatta.

“Después de más de veinte años en los tribunales, desde el año 2000 hasta hoy, la decisión nunca ha cambiado; esa es la mayor injusticia”, continuó Hureini.

“La gente aportó todas las pruebas históricas de propiedad sobre esta tierra. Pero la ocupación tiró todo esto por la borda. No existe la justicia en este tribunal.”

Zona de tiro 918

Masafer Yatta es el hogar de varias comunidades pastoriles palestinas, que residen en varias aldeas y caseríos. La población residente remonta su presencia en la zona a varias décadas atrás, antes de que fuera ocupada por Israel en 1967.

En los 1980, Israel declaró las 3.000 hectáreas de Masafer Yatta como zona de tiro activa para el entrenamiento militar, denominándola Zona de Tiro 918. Dentro de los límites de la zona de tiro había 12 aldeas palestinas habitadas.

En 1999, el ejército israelí expulsó a toda la población de Masafer Yatta, que entonces eran unas 700 personas, alegando que “vivían ilegalmente en una zona de tiro”. En respuesta, las familias presentaron un recurso ante la Corte Suprema de Israel, lo que marcó el inicio de su batalla legal de 20 años.

Tras la presentación, la Corte emitió una orden judicial provisional que permitía a los aldeanos volver a sus casas y utilizar la tierra para fines agrícolas, pero les prohibía realizar cualquier nueva construcción, incluyendo viviendas o infraestructuras esenciales, como electricidad o agua corriente.

Mientras tanto, el ejército siguió utilizando la tierra como zona de tiro, incluyendo ejercicios de entrenamiento con tanques, helicópteros, bombas, cohetes y munición real.

El ejército también continuó demoliendo viviendas en la zona. Según el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem, desde 2006, Israel ha demolido 64 casas en las comunidades de Masafer Yatta, desplazando al menos a 346 personas, entre ellas 155 menores de edad.

La población residente afirma que el ejército utiliza la designación de zona de tiro como parte de una política más amplia para tratar de expulsarles de su tierra.

“Intentan convencer al mundo diciendo que es una zona de tiro para el ejército. Pero la ocupación opta por llegar a una zona en la que ya vive gente y la declara zona de tiro para el entrenamiento militar”, dijo Hureini a Mondoweiss. “Las zonas de tiro se utilizan como excusa para desplazar a la gente, ni más ni menos.”

Documentos recientemente revelados respaldan las afirmaciones de la población palestina. Las actas de una reunión “ultra secreta” de 1979 revelan que el ex primer ministro israelí, entonces ministro de Agricultura, Ariel Sharon, explicó que había creado zonas de tiro en toda Cisjordania con el único propósito de “crear reservas de tierra para las colonias [judías]”.

Violencia de los colonos

Mientras la población palestina de Masafer Yatta vive bajo la amenaza constante de expulsión, hay cientos de colonos israelíes en la zona que llevan una vida muy diferente. Hay 10 colonias y puestos de avanzada [colonias incipientes] israelíes en Masafer Yatta, salpicados a lo largo del perímetro de la zona de tiro.

Según el derecho internacional, estas colonias exclusivamente judías son ilegales. Sin embargo, a lo largo de los años, el gobierno israelí ha seguido promoviendo la expansión de las colonias en Cisjordania a gran ritmo.

Y mientras a la población palestina que vive en la zona se le impide en gran medida construir viviendas y acceder a recursos básicos como el agua, la electricidad y las carreteras pavimentadas, a los colonos israelíes se les ofrecen viviendas subvencionadas por el gobierno, agua corriente, electricidad y carreteras construidas exclusivamente para el uso de los colonos.

“El colono tiene todo lo que necesita: agua, electricidad y recursos ilimitados. Es como si viviera en Europa, no en tierra ocupada”, dijo Hureini a Mondoweiss sobre la colina de su pueblo, at-Tuwani, desde la cual se ve la colonia israelí de Havat Ma’on.

“En la misma zona, hay dos sistemas y leyes diferentes para dos pueblos distintos. Esto forma parte del sistema de apartheid que Israel nos impone a diario”, dijo.

Los colonos israelíes de Masafer Yatta atacan con frecuencia a la población palestina, sus casas y su ganado. Los residentes afirman que los ataques se producen a diario, y a menudo tienen lugar bajo la supervisión del ejército y la policía israelíes.

Los colonos israelíes rara vez son acusados o investigados por los ataques cometidos contra la población palestina. Según el grupo de derechos humanos israelí Yesh Din, el 92% de las investigaciones sobre ataques de colonos a palestinos se cierran sin acusación.

¿A dónde iremos?

Majda Abu Sabha es una de las habitantes de Jirbet al-Fhajit, una pequeña aldea situada en lo más profundo de la zona de tiro.

En el último año, el ejército israelí ha destruido su casa tres veces; la última demolición tuvo lugar hace apenas unas semanas. Ahora vive en una tienda de campaña junto a los escombros de su casa.

“Llegaron de repente. Estábamos ocupados trabajando. Había excavadoras, camiones y soldados. Fue indescriptible”, dijo Abu Sabha a Mondoweiss, relatando la última demolición de su casa.

“Entraron con fuerza. No nos permitieron sacar nuestras pertenencias ni los muebles de nuestras casas. Nuestros hijos e hijas y nuestro ganado durmieron a la intemperie”, dijo. “No dejaron ni una sola carpa, ni una casa. Incluso destruyeron nuestras carpas.”

Algo menos de 900 estructuras están bajo amenaza inminente de demolición en la zona de tiro. Esas estructuras comprenden casas, corrales de ganado, letrinas, cisternas de agua, mezquitas y escuelas, incluida una escuela a pocos metros de los escombros de la casa de Abu Sabha.

“No les molestamos, este es nuestro hogar. ¿A dónde se supone que debemos ir?” preguntó Abu Sabha. “No tenemos otra alternativa a este lugar. Estamos bajo una amenaza constante. En cualquier momento pueden venir y tomar nuestras casas. ¿Adónde iremos?”.

Publicado el 2/8/22 en Mondoweiss. Traducción: María Landi.

Niñxs de Jinbeh, Masafer Yatta, durante un ejercicio militar en su aldea. 2020 (Keren Manor/Activestills).

 

Las mujeres de Masafer Yatta cuentan sus historias de resistencia


TV Social Israel

Mientras Israel lleva a cabo su plan de expulsiones en esta región de Cisjordania, las mujeres palestinas hablan de lo que significa enfrentarse a un Estado que las considera un “enemigo”.

Más de 1.000 personas viven en la región de Masafer Yatta, en las colinas del sur de Hebrón, Cisjordania ocupada. Se trata de un grupo de comunidades campesinas que viven en su mayoría en cuevas y se ganan la vida criando ovejas y cultivando. En mayo de este año, en el Día de la Independencia de Israel, la Corte Suprema israelí dictó una sentencia de expulsión de la población palestina de Masafer Yatta, contraviniendo el derecho internacional.

Se trataba de la culminación de un proceso que comenzó a principios de los 1980, cuando Israel confiscó 30 millones de metros cuadrados en la región para utilizarlos como zona de entrenamiento militar, denominada “Zona de tiro 918”, como excusa para expulsar a la población palestina. En 1999 Israel deportó a toda esta gente, antes de que un recurso ante la Corte Suprema les permitiera regresar a la espera de una decisión definitiva sobre el asunto.

De forma repentina y simbólica, mientras las y los ciudadanos israelíes ondeaban banderas y hacían barbacoas para celebrar la independencia de Israel a principios de este año, la Corte Suprema emitió su sentencia definitiva a favor de la expulsión de las y los habitantes de Masafer Yatta. El juez David Minz −que también es un colono− fue el autor de la opinión mayoritaria.

En las últimas semanas, mientras se ponen en marcha los planes israelíes de expulsión, las activistas Rachel Shor y Naomi Nur Zahor han visitado Masafer Yatta para hablar con las mujeres que viven allí, y han filmado sus conversaciones para TV Social, un medio independiente y alternativo que busca desmantelar las estructuras de poder opresivas.

Las mujeres de Masafer Yatta cargan con identidades complejas, cada una con su propia historia, y se enfrentan colectiva e individualmente a lo que implica la expulsión, a la inminente demolición de sus casas, a lo desconocido y a un Estado que las considera continuamente como el «enemigo», y aplica contra ellas una larga serie de prácticas racistas y discriminatorias.

Este informe está dedicado a ellas: Kifah, Hiba, Sanaa, Majda, Zohariya, Dalia y Farissa.

Publicado el 29/8/22 en +972 Magazine. Traducción: María Landi.

Demolición en la aldea Al-Mirkez, Masafer Yatta, mayo 2022. (Yuval Abraham).

– Leer también: The scars that don’t heal in Masafer Yatta 
– Leer en este blog: La crueldad como política de Estado – La historia de Harun
– Ver otros artículos y videos en los sitios web de B’Tselem, +972 Magazine, Mondoweiss, QNN, PNN.

 

 

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Gaza: Los nombres y rostros de lxs 17 niñas/os palestinos asesinados en el ataque sionista. Y más!


 


Al menos 49 palestinos/as murieron y más de 360 ​​resultaron heridos/as cuando los ataques aéreos israelíes cayeron sobre la Franja sitiada durante tres días. Dieciséis niños y niñas murieron durante el bombardeo sionista entre el 5 y el 7 de agosto de 2022 a Gaza. Estos  niños palestinos esperaban un verano lleno de alegría. Planeaban jugar al fútbol, […]

Gaza: Los nombres y rostros de los 17 niñas/os palestinos asesinados en el ataque sionista — Mi blog en varios idiomas, desde 2011 مدونتي بعدة لغات منذ

Compartido desde el blog de Abdo Tounsi

Leer también:

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La mentira tiene corta vida: funcionarios israelíes confirman que el ejército israelí fue responsable de la muerte de niños en la Franja de Gaza
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Israel’s pyrrhic victory in Gaza
Gaza escalation reflects new phase of Palestinian armed resistance

Palestinians Have Tried Surrender & Collaboration. Only Resistance Is Left (video: Ali Abunimah)

Why Israel hates the Palestinians so much
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La jefa de Derechos Humanos de la ONU lamenta el ‘clima de impunidad’ y reclama investigaciones: Bachelet considera ‘inconcebible’ la muerte de 37 niños en Gaza y Cisjordania este año
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Vidas que sí importan: la presa palestina Saadia Matar

Saadia Matar
Por Alicia Alonso Merino.
El pasado 2 de julio falleció en la cárcel israelí de Daemon la presa palestina Saadia Matar. No, no se trata de un número más de las 230 personas palestinas presas que han fallecido en las cárceles israelíes desde el año 1967. Tampoco se trata sólo de la segunda […]

Vidas que sí importan: la presa palestina Saadia Matar – Alicia Alonso Merino

«El día de su juicio, Saadia Matar fue condenada por un tribunal militar a 15 años de prisión y una multa de 15.000 shekels, sin que la condena fuera definitiva. La intervención de un juez militar, que no es un profesional culturalmente independiente si no sometido a la obediencia jerárquica de su superior, vulnera el derecho a un juicio justo con las debidas garantía. Una realidad que se aplica a toda la población palestina.

El delito de Saadia Matar fue ser palestina, su condena fue la pena de muerte. Descanse en paz ella, no así sus verdugos.»

Reblogueado desde Los Oros Judíos

 

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Con Susan Shalabi, Vicepresidenta de la Asociación Palestina de Fútbol

 

Susan Shalabi en la nueva sede de la Confederación Asiática de Fútbol.

Publicado en el semanario Brecha el 22/7/22

«Es frustrante ver el doble rasero de la comunidad internacional
clonarse en el fútbol»


María Landi

 

Antigua colega de la periodista asesinada Shireen Abu Akleh, Susan Shalabi insiste en la necesidad de desarrollar campañas globales contra el apartheid israelí, como las que ayudaron a poner fin al apartheid sudafricano. En esta entrevista, repasa el uso que Israel ha hecho del fútbol para lavar su imagen y reprimir al pueblo palestino.

 

Susan Shalabi Molano es la voz internacional de la Asociación Palestina de Fútbol (APF); y una voz incómoda. Desde 2008 se ha dedicado a documentar, sistematizar y denunciar las constantes violaciones israelíes al fútbol palestino. Con seguridad ella está detrás de la carta que la APF escribió a la AUF para pedirle que la selección uruguaya no haga la preparación final para el Mundial en Israel, en el contexto de la campaña ciudadana ¡Uruguay, NO vayas!

Al igual que la carta, la entrevistada deja claro que, según los estatutos de la FIFA, la APF no puede decirle a Uruguay con quién jugar o no jugar, porque sería una intromisión en los asuntos de otra asociación, «y nosotros respetamos las normas. Lo que sí podemos hacer es mostrar a los uruguayos quién es realmente la parte con la que eligen jugar, y cómo ese intercambio contribuye a blanquear mediante el deporte una ocupación brutal que humilla diariamente a millones de seres humanos, confisca su libertad, les mata y detiene, y les roba sus tierras; y dejar la cuestión a la conciencia y al buen juicio de los uruguayos.»


Vivir bajo ocupación

Al igual que miles de compatriotas, Susan nació en la diáspora −en Kuwait−, de padre palestino y madre española. «Yo hablé español antes de hablar árabe», cuenta riéndose. Tenía 5 años cuando sus padres se separaron, y pasó su infancia repartida entre Kuwait y Cáceres (donde vive su madre). Aunque perdió la fluidez, todavía recuerda las canciones españolas que cantaba en su niñez. «Mi padre es más viejo que Israel: nació en 1945.» Como tantos palestinos, vivió repartido entre tres países, hasta que pudo regresar y establecerse como médico en su Tulkarem natal. Desde entonces Susan ha vivido como una palestina más bajo la dominación israelí.

«Vivir en un país ocupado, bajo la injusticia y la confiscación de libertades a manos de la ocupación y el apartheid despierta a la rebelde que llevas dentro. Puede quebrar a las personas o convertirlas en luchadoras. En nuestro caso, la elección siempre fue clara. Sí, Israel es un Estado poderoso que no duda en utilizar la fuerza letal contra la población desarmada cuya tierra robó; pero no tenemos otra opción ni ningún lugar al que huir. Es la cuestión shakesperiana de “ser o no ser” la que, creo, ayudó a engendrar tanta resistencia en el pueblo palestino.», dice.

Y agrega: «Yo era una adolescente cuando estalla la primera intifada (1987), y viví esos tiempos difíciles en los que el reino del terror de Israel perturbaba la educación, la vida social y la economía. Se cerraron las escuelas, se invadían las casas y los adolescentes de mi edad eran detenidos, heridos y asesinados. Todos recibimos patadas de los soldados israelíes; algunos se perdieron para siempre: sus historias no se contaron y sus sueños no se realizaron. La primera intifada fue la prueba de que era imposible vivir bajo esa ocupación malvada, y que había que resistir.»

«La esperanza que trajeron los acuerdos de Oslo duró poco. Las imágenes de la gente agitando ramas de olivo siguen en el fondo de mi cabeza hasta hoy. Todo se desmoronó muy pronto. La segunda intifada demostró que Israel no era serio y que había utilizado la negociación para ganar tiempo para su proyecto colonial expansionista, cuyo lema nunca cambió con el paso del tiempo: “más tierra y menos árabes”. Pronto me di cuenta de que la versión del apartheid israelí era mucho peor que la de Sudáfrica. En Sudáfrica los blancos querían esclavizar a la población que consideraban inferior a ellos, pero Israel no quiere que existamos en absoluto en esta tierra.»


Del periodismo a la diplomacia y de allí al fútbol

Al igual que la célebre reportera Shirin Abu Aqleh (asesinada por un francotirador israelí en Yenín), Shalabi estudió en la Universidad Al-Yarmuk (Jordania), en ese entonces la mejor de la región en Periodismo y Comunicación. Aunque es más joven, conoció a Shirin y llegó a trabajar con ella en la televisión palestina. Cuenta que cuando recibió la noticia de su asesinato y vio el video, recordó de inmediato un incidente que ahora le parece premonitorio: en 2001, siendo una reportera novata, se encontró con Shirin en medio de un ataque violento de colonos judíos cerca de Nablus. Shirin le reprochó que estuviera en ese lugar sin tener experiencia y sin la protección adecuada. «¡Vete de aquí!», le dijo; y Susan recuerda que le respondió: «¿De qué me sirve tener chaleco y casco si me disparan a la cara?».

Shalabi empezó a trabajar en 1999 para la televisión satelital palestina, y antes de un año estalló la segunda intifada. «Fueron tiempos especialmente difíciles para mí. Trabajaba como reportera y veía tanta muerte y tanta destrucción –al igual que cualquier periodista en Palestina: todos enfrentaron el peligro, fueron heridos, muertos, golpeados, arrestados− que me resultó intolerable: “Ya basta”, me dije.» Después de seis años como reportera, y con una maestría en Relaciones Internacionales, en 2005 decidió cambiar el periodismo por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Autoridad Palestina.

«Cómo llegué a involucrarme en el fútbol es una historia bastante peculiar. Yo trabajaba como diplomática cuando Jibril Rajoub, recién elegido Presidente de la APF, me pidió ocuparme del área internacional y ayudar a reconstruir la asociación. Al principio dudé, pero luego pensé que era una causa noble y que merecía la pena postergar mi carrera diplomática. Pensé que estaría uno o dos años hasta que hubiera levantado el área internacional, pero eché raíces allí.» Susan fue Secretaria General de la APF en 2018-2019 y Vicepresidenta reelecta desde 2016. También integra el Comité Ejecutivo de la Confederación Asiática de Fútbol (CAF) y otros comités de la FIFA.


Mujeres y fútbol en Palestina

«Nunca fui futbolista –dice Susan−, aunque de niña era una gran aficionada. En mi familia no había otras niñas de mi edad; solo podía jugar con mi hermano y mis primos. Y como ellos jugaban al fútbol, yo también lo hacía. En aquella época se disuadía a las chicas de jugar al fútbol; una familia aceptaba que su hija hiciera artes marciales, pero jugar al fútbol se consideraba inapropiado para las mujeres. Y como era rebelde, cuanto más me decían que no, más me gustaba jugar. Pero cuando años después se volvió normal para las chicas jugar al fútbol, perdí el interés.» y se ríe.

Susan relata que cuando el fútbol palestino abre sus puertas a las mujeres, el entusiasmo y el interés son enormes. «La sociedad se adaptó muy rápido; hoy encuentras familias, incluso en los lugares más conservadores, que quieren meter a sus hijas en un club de fútbol. Por ejemplo, una de las mejores réferis que tenemos −además de jugadora− es de Hebrón; y ella ha sido réferi incluso en partidos de hombres. Es muy valiente y muy buena. Y eso ocurre en uno de los lugares más conservadores. Así que la gente está aceptándolo.» También ella ha contribuido a impulsar el fútbol femenino desde sus responsabilidades institucionales: entre 2012 y 2017 integró la Comisión de Fútbol Femenino y de la Copa Mundial Femenina de la FIFA, y desde 2015 es Vicepresidenta de la Comisión de Fútbol Femenino de la CAF.

Al preguntarle sobre su experiencia trabajando en ese mundo tan masculino, responde que no ha sido fácil, en absoluto. «Cuando empiezas a trabajar con los hombres, ellos te van a juzgar basándose en sus prejuicios, y no van a confiar en ti. Tienes que luchar y ganarte su confianza.» Por haber vivido entre varones desde niña, siempre echó en falta la compañía femenina; por eso en su equipo trata de rodearse de mujeres. «Es más difícil construir la autoestima de las mujeres que la de los hombres. Y es que a nosotras nos juzgan con mucha más severidad. Si cometemos un pequeñísimo error, todos los dedos nos señalan: es porque somos mujeres. La presión sobre nosotras es muchísimo mayor que sobre los varones.»


Fútbol en la mira

La oficina de la APF está en Al-Ram, un suburbio de Jerusalén Este que solía ser parte integral de la ciudad; pero la construcción del Muro lo dejó fuera de ella, al igual que a otros barrios palestinos populosos, ya que la ingeniería demográfica israelí −en la ciudad como en todo el país− se basa en una premisa simple: judíos adentro, árabes afuera. Aun perteneciendo a la municipalidad de Jerusalén, los barrios palestinos que quedaron del lado exterior del Muro −en una especie de limbo urbano− sufren un deterioro acelerado: a pesar de que sus habitantes pagan impuestos, no hay mantenimiento de vialidad, ni recolección de basura, ni otros servicios públicos; tampoco puede brindarlos la Autoridad Palestina, que no tiene jurisdicción ni permiso para hacerlo. En Al-Ram, además, el Muro atraviesa su calle principal, que solía llevar al centro de Jerusalén. Susan, que vivía allí de jovencita, recuerda con nostalgia cómo era la vida antes de esta monstruosa transformación. «Es casi surrealista», dice.

La historia del fútbol palestino es un reflejo de la del país: una lucha por la existencia. La AFP –relata Shalabi− no fue aceptada en la FIFA hasta 1998, y no fue por falta de intentos; la admisión de Palestina como miembro de la FIFA fue bloqueada año tras año desde las primeras décadas del siglo XX, porque el movimiento sionista había sido más rápido y en 1928 se hizo con el lugar en la FIFA, reclamando como suya la Asociación de Fútbol de Palestina, aunque Israel todavía no existía y la población judía era una minoría. «Pero sabían el poder que tiene el fútbol y querían usarlo para legitimarse; y contaron con la complicidad del Mandato Británico. Después de 1948 cambiaron el nombre a Asociación de Fútbol de Israel. Y no se nos permitió crear la nuestra porque según los estatutos de la FIFA solo puede haber una asociación por país; y el nuestro desde 1948 había quedado dividido entre Jordania y Egipto.

Solo después de 1967 la ONU reconoció a Cisjordania y Gaza como territorio ocupado; y los estatutos de la FIFA admiten a países bajo ocupación. Pero los israelíes pusieron toda la presión política y el poder que tienen para impedir nuestra afiliación;  el fútbol palestino tuvo que luchar para conseguirla. Fue un gesto positivo de Joseph Blatter (digan lo que digan de él) hacia nuestro pueblo: reconoció los argumentos legales que Palestina había presentado año tras año, y el hecho de que jugábamos al fútbol a pesar de estar bajo ocupación; y los países árabes nos apoyaron.»

Pero la alegría duró menos de tres años, porque Israel utilizó la segunda intifada como pretexto para interrumpir la vida normal, y la liga de fútbol fue suspendida. La membresía en la FIFA se pierde si un país pasa un cierto tiempo sin torneos; por eso Israel hacía –y hace− todo lo posible para bloquear el fútbol palestino: atacar e invadir los estadios, arrestar y asesinar jugadores, destruir instalaciones… Por siete años la liga estuvo casi suspendida, y Palestina corría el riesgo de perder su membresía. Las autoridades presionaron a la APF para que convocara su Asamblea General y eligiera a un dirigente capaz de salvar la situación. En 2008 la Asamblea eligió a Jibril Rajoub –un hombre de carácter, experto en relaciones públicas y en lograr resultados−, y él comenzó a reconstruir la Asociación. Desde entonces ha sido reelecto cada cuatro años.


Una historia de agravios e impunidad

Es asombrosa la serenidad con la que esta mujer relata las atrocidades israelíes contra el deporte palestino y la sucesión de arbitrariedades, injusticias, omisiones e hipocresía que ha guiado la conducta de la FIFA respecto de las denuncias palestinas y la violación de los estatutos de la propia Federación por parte de Israel. Al preguntarle cómo afronta todo eso, responde con el mismo temple: «Creo que está en la naturaleza humana: adaptarse y perseverar. Nuestro pueblo aprendió que si no tenemos esa tenacidad, simplemente vamos a desaparecer; es una cuestión de vida o muerte.»

Shalabi aclara que las agresiones son tan antiguas como la ocupación israelí. Y lamenta que solo empezó a recopilarlas en 2008, cuando entró a la APF «y observé que Israel estaba interfiriendo en los derechos y obligaciones de la Asociación de organizar, practicar y desarrollar el fútbol. Fue entonces cuando empecé a relevar y categorizar los incidentes, para intentar comprenderlos y quizás encontrar soluciones.»

En el blog que creó, agrupó las transgresiones israelíes contra los deportes palestinos en 7 categorías:

  1. Violaciones constantes de los derechos humanos de jugadores y personal, incluyendo asesinato, lesiones o detención. Violencia racista contra los palestinos ciudadanos de Israel por parte de clubes e hinchadas de ultraderecha.

  2. Restricciones a la libertad de movimiento de jugadores y personal dentro y fuera de Palestina.

  3. Prohibir o dificultar la construcción de estadios y otras infraestructuras (incluso tratándose de proyectos FIFA Gol), y en ocasiones destruir las existentes,.

  4. Restricciones a la adquisición y distribución de equipamiento deportivo dentro y fuera de Palestina.

  5. Interferencia política en la organización de partidos amistosos entre la APF y otras asociaciones.

  6. Permitir que las colonias ilegales construyan instalaciones de fútbol y sus clubes sean miembros de la AFI en territorios palestinos reconocidos internacionalmente.

  7. Prohibición de actividades deportivas palestinas en Jerusalén Este ocupada.

«Llevamos muchos años intentando garantizar nuestros derechos según los estatutos de la FIFA, planteando estas cuestiones a la FIFA y a las Confederaciones. La FIFA entiende que nuestros derechos están siendo violados, pero ha hecho muy poco para corregir esta injusticia. Es frustrante ver que el doble rasero de la comunidad internacional se clona también en el fútbol. Resulta irónico que el lema de la FIFA sea “separar el deporte de la política”, cuando sus acciones reflejan las de los políticos y están influenciadas por ellos.»

En efecto, en el Congreso de la FIFA de 2015 (Zurich), la APF llevó una moción para suspender a Israel. Esta venía acompañada de la campaña internacional “Tarjeta roja a Israel”, que había tomado gran impulso. La APF fue presionada para cambiar la moción por constituir un Comité de Monitoreo presidido por el sudafricano Tokyo Sexwale. Durante dos años el comité intentó cumplir con su mandato, pero Israel puso todos los obstáculos posibles, incluyendo demorar a Sexwale durante horas en los checkpoints y luego negarse a recibirlo porque había llegado tarde; afirmar que nadie tenía autoridad para determinar si las colonias donde tiene clubes son territorio ocupado (a pesar de que en ese período el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 2334 que afirma categóricamente que lo son), y finalmente rechazar totalmente el informe presentado por Sexwale tras numerosas postergaciones. La FIFA violó sus estatutos cediendo a la presión política del mismísimo Benjamín Netanyahu, y terminó dejando de lado el informe sin sancionar a Israel.

«Se hizo de forma ilegal. Dos veces llevamos el asunto al tribunal de arbitraje deportivo, pero la FIFA tenía los abogados y los recursos financieros que nosotros no tenemos para sostener esta batalla legal», sostiene Shalabi. En una presentación que hizo ante la Confederación Asiática de Fútbol, la cronología de los hechos muestra cómo la APF fue traicionada por la FIFA. Pero ella afirma: «Una cosa que quiero dejar clara es que esto no ha terminado. Somos un pueblo resiliente y capaz. Con tiempo y esfuerzo, haremos que la verdad se conozca, ganaremos más aliados y, juntos, obtendremos justicia.»


El fútbol como factor de unidad

En contraste con la politización de la FIFA, la APF es una expresión de unidad por encima de las divisiones políticas y la fragmentación territorial y demográfica. «Hubo un acuerdo de dejarla aparte de la polarización política. La elección de las autoridades de la APF se hace cada cuatro años  simultáneamente en cada territorio, y nos comunicamos virtualmente.»

Susan subraya que la APF nunca pudo celebrar una asamblea con todos sus miembros físicamente presentes. «¡Somos expertos en reuniones virtuales desde mucho antes de la pandemia! Para el mundo fue algo nuevo: vivieron por un año lo que nosotros vivimos toda la vida, todos los días: encerrados, sin poder viajar, sin poder encontrarnos.» La separación forzada no es solo con Gaza sino también con la diáspora en Siria, Jordania y Líbano. Allí los palestinos no pueden jugar en la liga nacional, entonces se creó una asociación regional donde participan los campos de refugiados. Cada asociación regional (Gaza, Cisjordania y la diáspora) tiene su vicepresidente; Susan es la de Cisjordania. Y las tres se reúnen virtualmente.

Shalabi considera que todavía falta mucho para que llegue el momento sudafricano para Palestina. «Los racistas sudafricanos eran menos listos que los israelíes, y tenían menos poder internacional.  La real politik que controla el mundo decide a qué países se debe sancionar  y a cuáles no. Israel todavía  tiene amigos muy poderosos.»

Pero como apasionada de la historia, sabe que el momento va a llegar. «La gente está engañada por los grandes medios corporativos, pero la verdad no puede ocultarse ni el mal puede durar para siempre. Solo espero que el final no sea demasiado sangriento. Israel es el último régimen colonial sobre la faz de la tierra.» Y agrega: «Tiene que haber mayor presión de la sociedad civil en los países que apoyan a Israel: EE.UU. y Europa. Es más fácil que los latinoamericanos entiendan y simpaticen con nuestra causa, porque han vivido el colonialismo, la opresión, las revoluciones.»

Cree que campañas ciudadanas como la de Uruguay, la que exige a la FIFA suspender a Israel o la que pide a clubes y seleccionados que no viajen a Israel son importantes: «Nuestra misión es organizar, desarrollar y proteger el fútbol. Si nuestros caminos se cruzan, somos amigas y aliados. Creo que ha llegado el momento de que la sociedad civil actúe en cuestiones globales como las violaciones de los derechos humanos, el racismo y el apartheid.»

Y concluye esperanzada: «El fútbol tiene mucha influencia. Ayudó a la causa de Sudáfrica contra el apartheid porque todas las naciones con conciencia tomaron una posición y se negaron a jugar con el régimen de apartheid. Los agresores no deberían ser recompensados por su agresión, sino rechazados y reprobados. Sólo entonces se darán cuenta de que ser miembro de la sociedad humana comporta obligaciones.»

 

 

 

La campaña ¡Uruguay, NO vayas!
Colectivos de solidaridad y organizaciones sociales lanzaron la campaña ¡Uruguay, NO vayas! para pedirle a la Asociación Uruguaya de Fútbol y a la selección de fútbol masculino que no acepten la invitación del Estado de Israel a realizar en ese país la fase final de preparación para el Mundial y jugar un partido amistoso, de camino a Catar.
En junio entregaron en la sede de la AUF una carta firmada por más de 20 organizaciones donde argumentan que Israel ha sido acusado de imponer un régimen de apartheid sobre el pueblo palestino, que ese consenso internacional sigue creciendo, y que al apartheid se lo debe aislar y sancionar, como se hizo con el de Sudáfrica, especialmente en el plano deportivo.
Desde que se lanzó el 30 de mayo, la campaña ha generado más interés fuera que dentro de fronteras (en parte por el silencio de los medios locales). Además de los clubes de fútbol cisjordanos Al Khader, Ebal y Balata, de la Asociación Palestina de Fútbol de Amputados (Gaza) y de la misma Asociación Palestina de Fútbol, han llegado a la AUF cartas de organizaciones judías de Canadá, España, Argentina, EE.UU. y del mismo Israel; de la coalición sudafricana Africa for Palestine, de la Indo-Palestine Solidarity Network (India) y la red Global Kairos Asia-Pacífico, del intelectual y académico palestino Ramzy Baroud, del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y de colectivos de solidaridad de varios países. Además se lanzó una petición en Change, y a diario se publican contenidos en las redes sociales de la campaña: Facebook: Coordinación por Palestina. Twitter: @NovayasUy. Instagram: Uruguay NOvayas
 Fragmentos de las cartas palestinas recibidas por la AUF
 Carta de Jibril Rajoub, Presidente Asociación Palestina de Fútbol:
“Estimado Presidente, no podemos interferir en los asuntos futbolísticos de su asociación, pero podemos, al menos, contarle con qué clase de Estado planea jugar un partido amistoso.Los futbolistas Zeid Mohammed Ghneim, (…) Mohammed Ali Ahmed Al Ghneim y  Thaer Yazouri (…) son apenas una muestra de la larga lista de jóvenes futbolistas asesinados por Israel…”
“Respetamos su derecho a elegir con quién jugar, pero es nuestro derecho aconsejar a nuestros amigos que no premien a un sistema de apartheid que niega a todo un pueblo sus derechos básicos e inalienables y usa el fútbol para lavar su imagen internacional de la mancha de sus crímenes contra nuestro pueblo.”
Carta de Eibal Football Club:
“Nuestro club es uno de los muchos clubes imposibilitados de crecer y desarrollar el juego que todos amamos debido a la ocupación israelí, que mata y arresta a nuestros jugadores, destruye nuestras instalaciones y confisca nuestras tierras para construir en ellas colonias ilegales” (…) “Se puede decir que es solo un partido de fútbol; pero el fútbol juega un papel poderoso en la construcción de una cultura de tolerancia y respeto, y en el fomento de relaciones amistosas entre las naciones. Permitir que nombres de estrellas del fútbol como Luis Suárez sean utilizados para lavar mediante el deporte los crímenes del apartheid nunca servirá para ese noble propósito.”
Carta del Club Deportivo Al Khader:
“Les escribimos desde el Club Deportivo Al Khader, en los territorios palestinos ocupados. Escribimos esta carta con el corazón apesadumbrado, pero también lleno de esperanza y determinación.” (…) “Todos nuestros jugadores, al igual que millones de palestinos y palestinas, crecen bajo la brutal opresión del régimen de apartheid de Israel, cuando tienen la suerte de crecer. Sólo desde principios de este año, Israel ha asesinado a 13 niños palestinos, según Defensa de la Niñez Internacional.” (…) “Necesitamos que seleccionados célebres como el de Uruguay no ofrezcan a Israel una oportunidad de oro para blanquear con el deporte su régimen de apartheid.”
Club de Fútbol del Centro Juvenil Balata y Asociación de Fútbol de Amputados de Palestina:
“En Gaza hay varios equipos formados por jugadores amputados que perdieron sus piernas por los disparos de francotiradores israelíes y ataques militares. Nuestros estadios son destruidos por las bombas israelíes. Nuestros jugadores son arrestados y mantenidos en las prisiones israelíes sin cargos ni juicio. Soldados israelíes invaden nuestros campos de juego y disparan gases lacrimógenos durante los partidos, incluso en los de las ligas juveniles. Israel obstaculiza la importación de equipamiento deportivo. “(…) “Hay una cosa que ustedes pueden hacer: la AUF está en una posición privilegiada para ayudarnos a aislar al apartheid israelí hasta que respete nuestros derechos fundamentales” (…) “No hay absolutamente ningún “juego limpio” en un país que mata a jóvenes futbolistas y oprime a millones”.

Integrantes de la campaña ¡Uruguay, NO vayas! en la sede de la AUF el 22/7/22.

 

 

 

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Ghassan Kanafani, a 50 años de su asesinato, continúa siendo la figura más destacada de la cultura palestina

 


Hoy 8 de julio, se cumplen 50 años de su asesinato por parte de Israel. ”Su pluma era más eficaz que las armas”, algo que el fascismo no soporta, ¡simplemente lo mataron! Ghassan Kanafani uno de los más destacados valores de la literatura palestina contemporánea. Multifacético, fue historiados, artista, pintor, diseñador, escritor y destacado periodista. […]

Reblogueado desde Los Otros Judíos.


Ghassan Kanafani, a 50 años de su asesinato, continúa siendo la figura más destacada de la cultura palestina

 

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Fútbol y apartheid: entre la normalización y la resistencia


Columna publicada en el portal Desinformémonos el 26/6/22.


La campaña ¡Uruguay, no vayas!


María Landi

 
«Mientras utiliza el deporte para normalizar su régimen de apartheid a los ojos del mundo,
Israel también hace todo lo posible para impedir los deportes palestinos,
porque entiende correctamente que son un acto de resistencia.»
Ramzy Baroud
«Por favor, no vayan a entrenar donde los soldados israelíes se entrenan
para matarnos
.» Carta del club Al Khader a la selección uruguaya de fútbol

 

Aunque no soy aficionada al fútbol, quiero referirme aquí a un fenómeno específico de la maquinaria de propaganda israelí: el sportswashing o lavado de imagen a través del deporte, y a una campaña relacionada que se lleva a cabo en Uruguay.

En las últimas décadas, a medida que el movimiento palestino y global de BDS crecía y revelaba al mundo el verdadero rostro del apartheid, Israel empezó a desplegar una millonaria estrategia de propaganda destinada a mostrar una imagen ‘amigable’ del país. Para ello creó un Ministerio de Asuntos Estratégicos y lanzó la campaña “Marca Israel”, que busca inundar sobre todo a los países del Sur Global con becas, invitaciones y patrocinios de eventos científicos, deportivos y culturales. Estas operaciones de propaganda han sido calificadas de whitewashing  (blanqueo de imagen), con sus variantes específicas para las distintas áreas en que se aplica: greenwashing (el ambientalismo), pinkwashing (los derechos LGBTQ), bluewashing (el agua), purplewashing (el feminismo), etc. El objetivo es siempre el mismo: mostrar a Israel como un país amable, liberal, avanzado y democrático (el único de Medio Oriente) y encubrir sus crímenes contra el pueblo palestino.

Debido a la enorme popularidad que tiene el fútbol en América Latina, la propaganda israelí ha apuntado a cooptar a seleccionados nacionales invitándolos a jugar partidos amistosos en Israel. Lo hizo con el de Argentina en 2018, pero la campaña de BDS “Argentina no vayas” logró cancelarlo. En 2019, la campaña “Rioplatenses no vayan” no pudo frenar un amistoso de los seleccionados de Uruguay y Argentina en Israel, a pesar de que dos clubes de fútbol palestinos enviaron cartas pidiéndoles que no se prestaran a ese blanqueo de imagen. En 2022, en el marco del próximo –y nefasto− Mundial de Catar, de nuevo invitó a ambos seleccionados por separado a jugar partidos amistosos con su par israelí; al de Uruguay, además, lo invitó a hacer en Israel la preparación final para el Mundial, de camino a Catar.

La movilización en Argentina logró que la AFA cancelara el amistoso de su seleccionado con el israelí. En Uruguay, por el contrario, la AUF anunció que la selección estará en Israel entre el 10 y el 20 de noviembre para jugar un amistoso con la selección local y entrenarse para el Mundial. Por eso un conjunto de activistas y colectivos lanzaron la campaña ¡Uruguay, no vayas!. El 3 de junio entregaron una carta en la sede de la AUF firmada por 22 organizaciones sociales, deportivas y de derechos humanos en la que piden a la selección uruguaya que «respete el llamado del pueblo palestino y de sus futbolistas a no colaborar en el lavado de imagen del régimen de ocupación militar y apartheid de Israel a través del “juego bonito” y el deporte

Y es que «con el apartheid no se juega», afirma un slogan de la campaña que exhorta a la selección celeste a que «no manche la camiseta colaborando para encubrir los crímenes del apartheid israelí». Y le recuerdan que «cuando Sudáfrica vivía bajo un régimen de apartheid, hubo una campaña internacional potente para sancionar y aislar a ese país; y el deporte jugó un papel clave en esa campaña. Israel también es un Estado de Apartheid.» La sociedad civil palestina lleva dos décadas denunciándolo, pero este último año también han coincidido las principales organizaciones israelíes e internacionales de derechos humanos: Yesh Din, B’Tselem, Human Rights Watch, Amnistía Internacional, así como el saliente Relator Especial de la ONU para los DD.HH. en el Territorio Palestino Ocupado, y también la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard.

Además −afirman las organizaciones uruguayas en su carta a la AUF− «los jugadores palestinos son frecuentemente agredidos, asesinados, heridos, mutilados, reprimidos y encarcelados por la ocupación colonial israelí; sus estadios son bombardeados; su libertad de movimiento es violada constantemente para que no puedan reunir a la selección nacional (repartida entre Gaza y Cisjordania), ni entrenar, ni salir al exterior a participar en competencias internacionales. También Israel prohíbe a los clubes importar equipamiento deportivo.»

«Durante el último año, las fuerzas israelíes asesinaron a cuatro futbolistas adolescentes en Cisjordania: Mohammad Ghneim (19), Saeed Odeh (16), Thaer Yazouri (18) y Zaid Ghneim (14). ¿Quién no recuerda a los cuatro niños asesinados por un misil israelí cuando jugaban al fútbol en la playa de Gaza?»

En resumen, dicen las organizaciones uruguayas, «Israel impide a los palestinos jugar al fútbol.» Y recuerdan que los clubes de fútbol palestinos llevan años pidiendo a la FIFA que sancione o suspenda la afiliación de la Asociación de Fútbol de Israel (AFI) por sus constantes agresiones a los futbolistas palestinos y por las medidas represivas, restrictivas y racistas que impiden el desarrollo del deporte en Palestina y violan los valores que la FIFA dice promover. Deportistas e instituciones del mundo entero también han expresado su condena a Israel por estas políticas, y piden a la FIFA que actúe por el pueblo palestino y sus deportistas. Pero la FIFA hace oídos sordos; por eso una campaña internacional de presión busca acabar con esa impunidad.

La presión de la campaña uruguaya sobre la AUF también está llegando desde el exterior, empezando por los mismos territorios palestinos ocupados. La Asociación Palestina de Fútbol (APF, miembro de la FIFA desde 1998) y los clubes deportivos Al Khader (de Belén) y Ebal (de Nablus) escribieron a los jugadores uruguayos para pedirles que no sean cómplices del apartheid.

La APF le recordó a la AUF que «la Asociación de Fútbol Israelí ha violado sistemáticamente y con impunidad los mismos estatutos y normas éticas que hemos intentado defender por años: organiza actividades futbolísticas en las colonias ubicadas en los territorios palestinos, internacionalmente reconocidas como ilegales de acuerdo a numerosas resoluciones de la ONU; permite que más de seis equipos de fútbol con sede en esas colonias ilegales jueguen en su liga nacional, mientras impide el movimiento, arresta y asesina a jugadores palestinos y destruye nuestras instalaciones deportivas.»

El club Al Khader, al cual pertenecían dos de los jugadores adolescentes asesinados este año por Israel, escribió: «Por amor a nuestros compañeros de equipo y al juego, les instamos a que nos ayuden a parar lo que Amnistía Internacional denomina asesinatos “sistemáticos, ilegales y arbitrarios” de palestinos por parte de Israel (…)  Con Zaid y Mohammed en nuestros corazones, pedimos a Uruguay que entrene en otro lugar, y que al hacerlo, ayude a evitar que Israel siga matando las vidas y los sueños de los jóvenes jugadores palestinos.»

Y en su carta el club Ebal afirma: «el fútbol juega un papel poderoso en la construcción de una cultura de tolerancia y respeto, y en el fomento de relaciones amistosas entre las naciones. Permitir que nombres de estrellas del fútbol como Luis Suárez sean utilizados para lavar mediante el deporte los crímenes del apartheid nunca servirá para ese noble propósito

También el chileno Nicola Hadwa, que fue entrenador de la selección palestina de fútbol, envió un mensaje en video y una carta a la selección uruguaya relatando las penurias que el régimen israelí impone sobre los futbolistas palestinos. «Israel asesinó a siete jugadores que yo entrené.» sostuvo Hadwa; «en total asesinó a 12 futbolistas.» Y las organizaciones judías IJAN (Red Internacional Judía Antisionista) y Judíxs por el Derecho al Retorno Palestino también pidieron a la selección uruguaya que no sea colabore con el apartheid israelí.

Mientras tanto, y a pesar de todos los pesares, la selección palestina de fútbol logró clasificar para la Copa de Asia 2023, tras derrotar a Yemen, Mongolia y Filipinas. Solo quienes conocen las condiciones y el contexto en que los jugadores palestinos practican el fútbol pueden calibrar la magnitud de esta hazaña, como bien lo expuso el politólogo y escritor gazatí Ramzy Baroud, historiando las atrocidades israelíes:

– En 2006 el régimen sionista impidió a la selección nacional palestina disputar el partido clasificatorio para la Copa de Asia, y en 2007 el partido de precalificación para el Mundial (2007). En 2019 no se pudo jugar el partido final de la Copa Palestina porque Israel prohibió al club Khadamat Rafah, de Gaza, viajar a Cisjordania para jugar contra el Balata de Nablus.

– 2009 fue un año particularmente mortífero para el fútbol palestino: en enero, durante la brutal operación Plomo Fundido sobre Gaza, Israel asesinó a tres prometedores futbolistas: Ayman Alkurd, Shadi Sbakhe y Wajeh Moshtaha. Dos meses después, un francotirador israelí asesinó al talentoso Saji Darwish (19) cerca de Ramala. En julio, Mahmud Sarsak, que llevaba solo seis meses en la selección nacional, fue arrestado y torturado, y mantenido durante tres años bajo detención “administrativa” (sin cargos ni juicio); fue liberado tras una huelga de hambre de 90 días que le dejó secuelas de por vida y terminó con su carrera deportiva. Otros jugadores, como Sameh Marabaa, también han pasado largos períodos en detención arbitraria.

– En enero de 2014, soldados israelíes dispararon deliberadamente a las piernas de los futbolistas Jawhar Nasser Jawhar (19) y Adam Abd al-Raouf Halabiya (17), que volvían de un entrenamiento en el estadio Faisal al-Husseini. Los atacaron con perros policías, los arrastraron y golpearon en el piso. Jawhar recibió 11 balas en sus dos pies y en una mano, y Halabiya una en cada pie. Ninguno de los dos pudo volver a jugar al fútbol, y Jawhar apenas a caminar. También en 2014 fue asesinado el ex futbolista Ahed Zaqqut.

– En Gaza, el Estadio Palestino −donde juega la selección nacional− fue bombardeado en 2006 y 2012. La segunda vez, el impacto de cuatro misiles dejó grandes agujeros en la cancha. También fueron parcialmente destruidos un salón interior donde se practica basket, handball y otros deportes, y otro edificio del ministerio de la juventud y el deporte. Los daños fueron estimados en varios millones de dólares.

– En 2019, el ejército israelí atacó el Estadio Al Khader en Belén, lanzando gas lacrimógeno a los jugadores durante un partido. Cinco jugadores tuvieron que ser hospitalizados, y cientos de fans huyeron en pánico. La misma suerte ha sufrido en varias ocasiones el Estadio Faisal Al-Husseini, de Jerusalén, donde juega la selección nacional.

No obstante, señala Baroud, la comunidad deportiva palestina aprendió a ser resiliente y a tener recursos. «La selección palestina de fútbol es el ejemplo perfecto de esta tenacidad: cuando los jugadores de Gaza no pueden viajar, los de Cisjordania acuden al rescate; y cuando los jugadores de Cisjordania sufren una restricción, jugadores de la diáspora palestina viajan a ocupar su lugar

Esta clasificación a la Copa de Asia 2023 es una prueba más de que la resiliencia palestina no tiene límites, y un mensaje a Israel de que sus medidas injustas y draconianas nunca romperán el espíritu del pueblo palestino, sostiene Baroud. «El fútbol forma parte de la lucha palestina por la libertad»; por eso los clubes llevan el nombre de mártires, y la selección nacional es conocida como la Fida’i, por los combatientes fedayines. Y agrega: «Para el pueblo palestino, el deporte ha sido una forma de resistencia cultural que le ha permitido luchar contra el apartheid y la ocupación militar israelíes, y contra la negación de su identidad». En los partidos de fútbol, a través de los cánticos, los símbolos y el ondeo de la bandera, la población palestina –en su tierra y en todo el mundo− ve al deporte, especialmente al fútbol, como una forma de afirmación colectiva de su identidad.

 

 

La campaña ¡URUGUAY, NO VAYAS! invita a
firmar y difundir la petición en Change
a enviar adhesiones al correo: coordinacionporpalestina@gmail.com
y a seguirla en las redes sociales:
Facebook: Coordinación por Palestina
Twitter: @NovayasUy
Instagram: Uruguay NOvayas

 

Mensaje del ex entrenador de la selección palestina Nicola Hadwa a la selección y el equipo técnico de Uruguay:

 

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“Una sola bala hirió a todo un pueblo”


Mi columna del 16/5/22 en Desinformémonos, ampliada.

 

El cortejo de Shirin Abu Aqleh es atacado y reprimido por la policía israelí a la salida de la morgue del hospital San José, en Jerusalén Este. (AP).


Sobre el asesinato de la periodista Shirin Abu Aqleh

 

María Landi

A quienes resistieron los palos y los gases
y terminaron en el hospital o en la cárcel,
pero no dejaron caer el ataúd de Shirin.

 

Escribo estas líneas todavía impactada por las imágenes del funeral de la periodista palestina Shirin Abu Aqleh (51), captadas por la cadena Al Yazira (donde trabajaba desde 1997), que muestran cómo las fuerzas de seguridad israelíes se aproximan a quienes cargan su féretro a la salida de la morgue del hospital San José, en Jerusalén Este, y les empiezan a agredir con porras, hasta el punto que el ataúd casi cae al suelo. A diferencia de lo que suele suceder, el mundo entero vio la brutalidad de quienes llevan años entrenados en la deshumanización de la población palestina, incapaces de respetarla ni siquiera en la muerte.

Mientras veía las imágenes de ese violento ultraje pensaba que Shirin, que dedicó su vida profesional a mostrar al mundo el sufrimiento y la resistencia de su pueblo, siguió cumpliendo su misión aún más allá de la muerte, que es más de lo que habría soñado. Ella, que transmitió tantos funerales de mártires, se convirtió esta vez en la noticia. Y esas imágenes de su funeral lleno de devoción popular y de palazos, arrestos, policías a caballo, gas lacrimógeno y bombas aturdidoras –la habitual maquinaria represiva israelí− para impedir que fuera despedida en la ciudad que la adoraba, y esos brazos que a pesar de la agresión no dejaron caer el ataúd, me parecen un símbolo de su pueblo resistiendo la violencia colonial.

Shirin fue asesinada el 11 de mayo por un francotirador israelí a la entrada del campo de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania. Ella y sus colegas acababan de llegar para registrar una nueva incursión israelí en ese lugar, bastión de la resistencia palestina (y recordemos que, según repiten hasta el cansancio los medios desde Ucrania, la resistencia popular a la invasión extranjera es legítima, incluso para la ONU).  Al igual que sus colegas, vestía casco y chaleco antibalas con la identificación “PRESS”, y se había colocado en un lugar seguro; una reportera de la calidad de Shirin tenía suficiente experiencia como para no exponerse bajo el fuego. Pero la bala le entró por el oído, y cayó en el acto. Su colega Shatha Hanaysha declaró: «Éramos cuatro periodistas, todos llevábamos chalecos, todos llevábamos cascos. El ejército de ocupación israelí no dejó de disparar después de que Shirin se desplomara. Ni siquiera pude extender el brazo para tirar de ella por los disparos. Tiraban a matar». En efecto, en los registros se puede ver a Shatha aterrada, cubriéndose tras un árbol mientras las balas seguían cayendo, hasta que un joven valiente se atrevió a acercarse para poner a salvo a Shatha y retirar el cuerpo de Shirin, que llegó sin vida al hospital. Otro colega, Ali Samudi, también de Al Jazira, resultó herido por la espalda, aunque no de gravedad.

Inmediatamente el régimen israelí puso en marcha su habitual aparato de propaganda para sugerir que la bala que mató a Shirin era probablemente palestina (una mentira repetida por los medios occidentales, que en cambio no recogieron el desmentido de los testigos palestinos presentes en el lugar); y como de costumbre, anunció una “investigación oficial”, de esas que siempre terminan confirmando la impunidad de los perpetradores, pues –como ha demostrado la organización israelí B’Tselem, en conjunto con el Centro Palestino de DD.HH.− Israel no tiene ni capacidad ni menos voluntad de realizar investigaciones independientes sobre sus propios crímenes. La misma B´Tselem mostró mediante un mapa y un video en el terreno que la ubicación distante de los militantes palestinos hacía imposible que le hubieran disparado. CNN también analizó el material gráfico disponible (incluyendo del Ejército) y llegó a la conclusión de que los disparos que mataron a Shirin fueron deliberados. Este registro muestra cuando Shirin y su equipo se dirigen a ubicarse en un lugar seguro donde no había ningún tipo de confrontación, aunque algunos residentes habían detectado la presencia de francotiradores israelíes a cierta distancia.

Shirin no fue la única reportera asesinada en acción: solo desde el año 2000, 55 periodistas palestinos fueron asesinados por Israel. Muchos otros, centenares, han sido heridos, golpeadas, arrestadas, gaseados, hostigados, y sus equipos destruidos o confiscados. No olvidemos que durante el bombardeo a Gaza en mayo de 2021, Israel redujo a escombros la torre que albergaba las oficinas de Associated Press, Al Jazira y Middle East Eye. No son errores involuntarios, sino acciones deliberadas para impedir lo que Shirin había convertido en la razón de su vida: mostrar al mundo las atrocidades que sufre su pueblo bajo la ocupación colonial y el apartheid. Porque que se conozca la verdad es un lujo que la propaganda israelí no puede darse. Y personas como ella son las que prueban, como está de moda decir, que ‘dato mata relato’.

Tal vez la muerte de Shirin Abu Aqleh trascendió no solo porque era una periodista famosa, sino también porque era mujer, cristiana y tenía ciudadanía estadounidense. El periodista francés Jacques-Marie Bourquet (que hace 20 años casi cae muerto por una bala israelí) expresó, al escribir sobre Shirin, que quería «pedir perdón a esos palestinos ‘anónimos’ que, casi cada día, caen bajo el fuego israelí. La prensa occidental habla poco de ellos y rara vez aparecen en las pantallas. No son más que un número que se suma a las muertes que se cuentan cada mes, cada año… Y al mundo, con los ojos cerrados, no le importa esta procesión. Con su muerte, Shirin también resucita la memoria de todas esas víctimas que cayeron sin hacer ruido.» De hecho, un mes antes la estudiante Hanan Khadour (19) regresaba a su casa en bus desde Yenin cuando cayó abatida por una bala israelí. Y el mismo día que a Shirin, mataron a Thaer Yazuri (17) en Al Bireh; la última semana de febrero habían asesinado a dos adolescentes en Belén: Muhammad Salah (13) y Ammar Abu Afifah (18); en marzo, mataron a Yamen Khanafseh (15) en Abu Dis, a Nader Rayan (16) en Nablus y a Sanad Abu Atiya (16) en Yenín, y allí en abril a Mohammad Hussein Qassim (16) y a Shawkat Kamal Abed (17), y en Husan a Qusai Fuad Hamamra (16); en mayo mataron también a Motasem Taleb Atallah (17) cerca de Belén, a Amjad al-Fayed (17) en Yenín y a Gaith Yamin (16) en Nablus; y la lista sigue, interminable. Ninguno fue noticia para los medios occidentales.

El funeral de Shirin fue el más largo y multitudinario que se recuerde en Palestina en muchas décadas. Su pueblo la arropó y acompañó en una masiva manifestación de amor, de dolor y de ira, en los 75 km que recorrió desde Yenín hasta Ramala y de allí a Jerusalén. Hay que poner en contexto las imágenes conmovedoras que recibimos de ese funeral: Jerusalén Este es una ciudad ocupada y anexada por Israel (que la declaró su capital, ilegalmente según el derecho internacional), donde la población palestina nativa está siendo limpiada étnicamente ante los ojos impasibles del mundo, donde vive sin ciudadanía ni derechos básicos, sin libertad de expresión ni de reunión, y es brutalmente reprimida por portar la bandera palestina o hacer una simple protesta. Por eso el hecho de que esa inmensa multitud doliente, después de rezar en la calle según los ritos musulmán y cristiano, recorriera el trayecto que rodea la Ciudad Vieja, desde la iglesia de la Anunciación hasta el cementerio protestante en el monte Zion, cargando el ataúd, ondeando miles de banderas palestinas y gritando consignas nacionales, refleja el amor de su pueblo hacia quien se consideraba una orgullosa hija de Jerusalén. Y en Cisjordania y Gaza, donde la población palestina añora Jerusalén pero tiene prohibido entrar en ella, también se realizaron ceremonias de duelo.

Shirin Abu Aqleh nació en 1971 en Jerusalén, en el seno de una familia cristiana del rito melquita proveniente de Belén. Estudió arquitectura en Jordania, pero estando allí decidió pasarse al periodismo porque sentía una vocación por estar más cerca de la lucha de su pueblo. Se convirtió así era la periodista más popular y querida en Palestina, porque estaba en todas partes –incluso donde nadie más está− para mostrar la violencia del régimen israelí: una redada en un campo de refugiados, un ataque de colonos y soldados israelíes a una comunidad campesina, los funerales de los mártires, una demolición de viviendas o una expulsión forzada, ya fuera en un barrio de Jerusalén Este (como los castigados Sheij Yarrah y Silwan) o en una aldea pastoril remota en el sur de Cisjordania. Desde que se integró a la cadena Al Yazira hace 25 años, la gente se acostumbró a ver a Shirin a diario en la televisión y sentía que la conocía en persona, porque estaba en la mesa de todos los hogares y en todos los rincones del territorio ocupado.

Fue la primera periodista palestina (y quizás la primera árabe) que, con apenas veinte y pocos años, empezó a hacer reportajes en vivo desde el lugar de los hechos. Su popularidad trascendía el territorio palestino y se extendía a todo el mundo árabe, donde la cadena catarí tiene una enorme audiencia. Periodistas jóvenes expresaron estos días que Shirin era su modelo, y que todas estudiaban y trabajaban deseando parecerse a ella. Muchas niñas palestinas, esgrimiendo un cepillo de pelo a modo de micrófono, la imitaban ante el espejo repitiendo su conocido remate de transmisión: «Shirin Abu Aqleh, Al Yazira, Palestina ocupada».

Su figura creció notablemente durante la segunda intifada (2000-2005), pues demostró un valor poco común al reportar en vivo desde los lugares y momentos más peligrosos, incluyendo la invasión de las principales ciudades palestinas, y en particular la destrucción devastadora que el ejército israelí llevó a cabo durante diez días en el campo de refugiados de Yenín. Sus colegas y el público elogiaban su aplomo y el sereno profesionalismo con que transmitía la noticia, aun en las circunstancias más extremas. Shirin evocó así aquel momento en una entrevista con Al Jazira: «Nunca olvidaré la magnitud de la destrucción, y la sensación de que la muerte estaba muy cerca. No pisábamos nuestras casas, tomábamos nuestras cámaras e íbamos de un sitio a otro, a través de los checkpoints y los caminos sinuosos. A veces nos quedábamos a dormir en hospitales, o con gente que no conocíamos; a pesar de todos los peligros, seguíamos con nuestro trabajo periodístico. Así ocurrió en 2002, cuando informamos bajo el fuego masivo de las fuerzas militares de ocupación: fueron los ataques más graves desde 1967. En los momentos difíciles, superé el miedo.» Shirin cubrió los ataques israelíes a Gaza de 2008-2009, 2012, 2014 y 2021, y la guerra de Líbano en 2006.

En las entrevistas difundidas estos días para recordarla, ante la pregunta sobre si no tenía miedo, Shirin respondía que por supuesto temía caer bajo una bala o una granada de gas lacrimógeno de las fuerzas israelíes, pero sentía que su deber era dar a conocer el sufrimiento de su pueblo: «Elegí el periodismo para estar cerca de la gente; sabía que no sería fácil cambiar la situación, pero al menos conseguí llevar las voces palestinas al mundo.» Siendo una periodista veterana y reconocida, podría haber elegido un puesto más cómodo y seguro en las oficinas de Al Yazira en Ramala; pero prefería estar directamente en el terreno: «Siento que ese es mi lugar: tengo que estar fuera de la oficina, junto a la gente, en donde están ocurriendo los hechos», afirmaba. Pero además de profesional y valiente, Shirin era una compañera sencilla y generosa, siempre dispuesta a compartir su experiencia. Eso también se refleja en las imágenes que vimos de sus colegas –desde las más jóvenes hasta los más veteranos, desde su camarógrafo hasta su jefe en Jerusalén− abrazándose deshechos en lágrimas.

Un lugar donde sin duda Shirin será llorada y echada de menos es la zona de Masafer Yatta (en las Colinas al Sur Hebrón, Cisjordania), donde la población de ocho comunidades pastoriles está a punto de ser expulsada de sus tierras por segunda vez (la primera fue en 1999). Tras 20 años de una estéril batalla legal, la Suprema Corte de Israel dictaminó que sus más de 1300 habitantes deben ser desalojados porque sus tierras han sido designadas “zona de entrenamiento militar” (una vieja estratagema del Estado israelí para arrebatar tierras palestinas y poco después construir en ellas colonias para uso exclusivo de la población judía). El Presidente de la Corte es él mismo un colono ilegal que vive como ocupante en Cisjordania (al igual que el 10% de la población israelí), y el fallo demuestra una vez más que los colonizados no pueden obtener justicia en los tribunales del colonizador.

Esas comunidades que viven en carpas o en cuevas ancestrales, que no tienen agua corriente ni electricidad, que sufren constantes demoliciones de sus modestas viviendas y ataques de los colonos ocupantes –que viven a pocos kilómetros en barrios privados de primer mundo, construidos en tierras palestinas robadas−, junto con sus tierras perderán sus medios de vida, que son las ovejas y cabras que crían. Seguramente Shirin hubiera estado presente en Masafer Yatta, denunciando las demoliciones que ya empezaron. Awdah Hathalin, uno de los activistas de la zona, resumió así el dolor colectivo: «Una sola bala hirió a todo un pueblo

El domingo 15 de mayo se cumplieron 74 años del comienzo de la limpieza étnica de Palestina –la Nakba, o catástrofe−, que significó la expulsión de unas 800.000 personas y la destrucción de 550 poblados palestinos. Sobre sus ruinas se implantó el Estado de Israel, que desde entonces ha continuado su proyecto colonial de apropiación de toda la tierra de Palestina y expulsión de su población árabe nativa. «Nunca terminamos el trabajo de 1948», dijo un líder sionista. Y aunque se están esforzando desde hace 74 años, el hecho de que no hayan podido ganar la guerra demográfica contra el pueblo palestino, que continúa resistiendo en su tierra −desde Yenín hasta Masafer Yatta, desde Galilea hasta el Naqab−, es la prueba de que han fracasado.

Quiero terminar con estas palabras que Shirin escribió el año pasado en This week in Palestine, cuando después de varios años volvió a Yenín para informar sobre la fuga de seis presos palestinos oriundos de esa ciudad que, un año después, se convirtió en el lugar de su martirio:

«En Yenín conocimos a personas que nunca han perdido la esperanza, no han permitido que el miedo se infiltre en sus corazones y no se han dejado doblegar por las fuerzas de ocupación israelíes. Probablemente no es una coincidencia que los seis prisioneros que lograron escapar sean todos de los alrededores de Yenín y del campo de refugiados.
Para mí, Yenín no es una historia efímera en mi carrera o incluso en mi vida personal. Es la ciudad que puede levantarme la moral y ayudarme a volar. Encarna el espíritu palestino que a veces tiembla y cae pero, más allá de todas las expectativas, se levanta para perseguir sus vuelos y sus sueños.
Y esta ha sido mi experiencia como periodista: en el momento en que estoy física y mentalmente agotada, me encuentro con una nueva y sorprendente leyenda. Puede surgir de una pequeña abertura, o de un túnel excavado bajo la tierra.»

 

 

Un breve documental de Al Yazira sobre su veterana periodista Shirin Abu Aqleh (10′):

Otro reportaje más breve de Al Yazira sobre el asesinato de Shirin (3:16′):

Un clip de Al Yazira sobre la agresión al cortejo fúnebre de Shirin (2:13′):

«Himno de la tierra«, tema compuesto e interpretado por Nai Barghouti en homenaje a Shirin Abu Aqleh:

 

 

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Dentro del apartheid israelí

 

Un documental de Mondoweiss


Durante décadas, las y los palestinos han acusado a Israel del crimen del apartheid por imponer dos sistemas diferentes en el territorio entre el río Jordán y el mar Mediterráneo: un sistema que privilegia a la población judía y otro que discrimina a la población palestina.

Ahora, el resto del mundo se está poniendo al día. El año pasado, las principales organizaciones de derechos humanos internacionales e israelíes se unieron a sus homólogas palestinas para calificar a Israel como un Estado de apartheid. Desde Cisjordania Jerusalén Este y Gaza ocupadas, hasta las comunidades palestinas dentro de Israel, esta es una mirada al interior del apartheid israelí.

En este video de 22 minutos, personas expertas en derechos humanos de Palestina explican qué significa el apartheid y cómo se aplica al control que ejerce Israel sobre la población palestina, mientras que palestinos y palestinas de a pie, residentes en Cisjordania, Jerusalén Este, Israel y refugiadas en la diáspora nos llevan al interior de sus hogares y ciudades, y nos cuentan cómo es ser una persona palestina viviendo bajo la dominación israelí.

Esta es una mirada al interior del apartheid israelí.

 


Producción: Yumna Patel – Mondoweiss
Video, edición y animación: Palestine Productions
Ilustraciones: Dahlia Attoui
Duración: 22 minutos.

Activar el ícono Configuración, elegir Subtítulos y luego Español.

 

 

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Selección de lecturas sobre Palestina

 

Respondiendo al pedido de una persona interesada en entender más sobre la cuestión palestina, preparé una selección de lecturas -la gran mayoría tomadas de este blog, escritas por distintxs autorxs y por mí misma-, y las agrupé por temas. Comparto aquí dicha selección porque puede ser útil para quienes quieran adentrarse en el tema, y de paso conocer algo más de los contenidos de este blog que llevo escribiendo por más de una década.

 

Un pastor conducen su rebaño mientras el ejército de ocupación realiza «ejercicios militares» en tierras de comunidades palestinas. Colinas al Sur de Hebrón, 2021 (Eliyahu Hershkovitz).

 

Palestina y el análisis decolonial (sobre el proyecto colonial sionista)

La Nakba palestina y un análisis decolonial de Palestina-Israel

La resistencia palestina es una lucha indígena y anticolonial

Palestina y los estudios poscoloniales

Propuestas para decolonizar Palestina-Israel

Ilan Pappé en Chile (conferencias en video, imperdibles)


Sobre el proceso de Oslo, el “Estado palestino” y el cambio de paradigma

Palestina hoy: entre la ocupación, el reconocimiento y la liberación nacional

Del proceso de paz a la lucha contra el apartheid israelí: el necesario cambio de paradigma

Treinta años después: la artimaña del Proceso de Paz en Oriente Medio

Palestina entre rupturas, reconciliaciones y continuidades

Verdad y mentiras

A 70 años del absurdo plan de partición de Palestina

A 20 años de los Acuerdos de Oslo

El plan de la ‘oposición’ israelí para un pseudoestado palestino

Anexión o no anexión: ¿he ahí la cuestión?

Sobre elecciones, anexiones y formas de la resistencia

Día Internacional de Solidaridad con Palestina: una fecha con malos recuerdos… y nada que celebrar


Sobre la Autoridad Palestina

La Cisjordania palestina, en riesgo tras la pérdida de control de Mahmud Abás y la Autoridad Palestina (Googlear otros artículos de Eugenio García Gascón en Público)

Ali Abunimah sobre el rol de la Autoridad Palestina en el esquema de Oslo (video de 5 minutos en inglés)

¿Por qué no ha habido una ‘primavera palestina’?

Una colaboración eficiente y mortal

Por qué la Autoridad Palestina debería disolverse

 

Sobre la resistencia palestina y cómo se malentiende en Occidente

¿Por qué es tan difícil entender la resistencia palestina?

Combatir a las fuerzas de ocupación israelíes es “terrorismo”. Boicotear a Israel es “antisemitismo”. ¿Qué es lo que está permitido entonces?  

Culpar a las víctimas

¿Quién empezó y quién tiene derecho a defenderse?

¿Quién tiene derecho a defenderse: el verdugo o su víctima?

El terror es la única vía abierta a los palestinos

Mujeres / Feminismo

Selección de artículos en mi blog

El feminismo palestino como una lucha anticolonial

Feminismo anticolonial para la liberación palestina
 

Sobre el movimiento BDS y sus impactos

El movimiento BDS, nuevo enemigo de Israel

“Por primera vez Israel está pagando un precio por la ocupación de Palestina”

El fantasma sudafricano recorre Israel

Similitudes entre el apartheid en Israel y en Sudáfrica

Hoy más que nunca, la solidaridad con Palestina se llama BDS

Hacer turismo en tierra robada

Israel no puede pasar el examen de la verdad


Sobre el APARTHEID israelí

Desde el río hasta el mar, es apartheid

¿Apartheid en el siglo XXI?

Elecciones en el único Apartheid de Medio Oriente

Vacunas y elecciones en el escenario del apartheid israelí

El apartheid sanitario israelí y la metáfora ‘kibbutz’

Palestina 2021: el año en que el apartheid se volvió mainstream

Mayoría demográfica para la población judía. Demolición para la población palestina


Otros artículos

Por qué Palestina sigue siendo la cuestión

Ilan Pappé habla sobre apartheid, ideología, Chomsky y las contradicciones del “sionismo liberal”

Jerusalén no es Israel

El papel de Israel en la lucha global contra el “terrorismo 

La pandemia que no cesa

«Me lo quitaron todo» (video, relato, entrevista y comentario)

 

Familias palestinas rompen el ayuno y comparten el iftar durante la última semana de Ramadán. Explanada de las Mezquitas, Ciudad Vieja de Jerusalén ocupada, abril 2022. (Foto: Al Qastal).

 

 

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Palestina: pueblo y tierra frente al colonialismo de asentamiento

 

Conferencia de Isaías Barreñada (catedrático de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid) y David Comedi (vocero de la Red Judía Internacional Antisionista), organizada por Masar Badil (la Ruta Revolucionaria Alternativa Palestina) para conmemorar el Día de la Tierra Palestina. 30 de marzo de 2022. Con intervenciones y aportes de activistas antisionistas de Europa y América Latina, como Jaldía Abubakra, Liliana Córdova-Kaczerginski, Lora Abuaita y otras compañeras de Alkarama y de Masar Badil en la diáspora palestina.

La intervención de Isaías Barreñada empieza en el minuto 25:42 y la de David Comedi en 1:06.

 

 

 

 

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